Libros
El mayor espectáculo
Espero poder curarme pronto de las náuseas que me afectan cuando me pongo a leer prensa ilustrada. Es una aflicción estrictamente personal y no se me ocurriría culpar de ella a nadie pero, si tuviera que examinar los elementos que la provocan, me temo que tendría que buscar entre nosotros, los periodistas, los hechos del mundo que nos rodean y los propios protagonistas de las noticias. Se añade además, últimamente, una tendencia general a cierto infantilismo comunicativo, un primitivismo de significados, que, francamente, no ayuda mucho a mi mal.
Vamos a ver, sin ir más lejos, esta última semana veo dos noticias acompañadas de su correspondiente foto. En la primera, el gobernador de Texas, Rick Perry, un hombre aparentemente cabal que podría aspirar a la candidatura republicana para las presidenciales americanas, se retrata blandiendo un hacha de atrezzo del tamaño de una persona para aclarar que él es partidario de los recortes. En la otra, Anglada, un político catalán que ha dado ya el previsible paso del catalanismo al catarracismo, da un mitin contra los emigrantes y saca de atrezzo a una figurante de burka confeccionado con las banderas autonómicas y europeas. Vale, en ambos casos ya habíamos entendido el mensaje, así que ¿eran realmente necesarias esas mímicas propias de la farándula? ¿Esto es Política o es el Cirque Du Soleil?
Da la sensación de que esta gente considera que nuestras potencias intelectuales tienden a la desnutrición o lo que es lo mismo, hablando en plebeyo, que nos toman por tontos. Las cosas en la vida son muy complejas y la verdadera política pide explicarlas bien y tranquilamente para aunar voluntades. Por tanto, y ya que se avecina una campaña electoral, exijamos perentoriamente que se expulse de ella a los actores burdos y nos aburran tan solo los verdaderos gestores.
✕
Accede a tu cuenta para comentar