Tokio

Autobuses a todo tren: la competencia por carretera a «aves» y aviones

Una compañía japonesa cubre los trayectos entre Osaka y Tokio con una moderna línea de autobús en la que los viajeros se acomodan en una especie de sarcófagos equipados con la última tecnología.

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El transporte por carretera nunca ha estado asociado a la velocidad ni al confort, pero mucho menos al «glamour» y el estilo de una primera clase o un lujoso «business» que ofrecen otros medios de transporte. Sólo bandas de música o equipos de deportistas han dispuesto hasta ahora de verdaderos lujso sobre ruedas para cubrir largas giras o competiciones que los llevan de acá para allá durante varias semanas, como en el caso de los ciclistas.

Pero Japón, también en esto, es diferente. El imperio del sol naciente cuenta ahora con una línea de autobuses que pretende romper todos estos mitos, aunque no parece que acabe convenciendo a aquellos que renieguen de los espacios pequeños.

Los «capullos» de estos nuevos vehículos -como se denominan los cubículos donde cada viajero puede estirarse cómodamente para dormir, ver una película o trabajar con el portátil- están llamados a satisfacer a aquellos que quieran ahorrar unos euros, con miedo a volar o, simplemente, que no les salgan las cuentas de las horas de viaje en avión si hay que incluirle el viaje hasta el aeropuerto.

La compañía que ha apostado por este nuevo concepto se denomina «Willer Express» y cubre el trayecto desde Osaka hasta Tokio. El vehículo tan sólo cuenta con espacio para 12 personas.

Lujo y confort
Cada pasajero se introduce en su propia «vaina» con un asiento que se reclina 140 grados, un sistema de entretenimiento a través de una pantalla táctil, internet gratis y enchufes, y unos tabiques ondulados que separan a unos viajeros de otros.

El hecho de no tener que pasar controles de seguridad o largas esperas en un aeropuerto son algunas de las bazas con las que la compañía quiere conquistar el mercado. El billete cuesta alrededor de 90 euros para una ruta de entre seis y siete horas de viaje, que en tren de alta velocidad se cubre en poco más de dos horas.