Industria de Moda
Djs pinchos y «shopping» para estrenar Serrano
Para empezar, un pincho. En cada extremo de la calle Serrano ayer se instaló una zona de gastronomía para poder disfrutar de las delicatessen de los restaurantes y comercios gourmet de la Milla de Oro antes de darse un gran paseo de glamour. Porque todas las actividades de la arteria de la moda estaban dirigidas a estar «a la última», desde los descuentos en las tiendas de ropa y complementos a las muestras gratis en las perfumerías o el champán que las joyerías de lujo ofrecían a sus clientes
En otro sector, varias mesas de una marca de maquillaje invitaban a ponerse bien guapa para después fotografiarse como en la portada de una revista con el último modelito adquirido en la tienda de enfrente. Y si el verano se había acusado a la hora de entrar en los nuevos vaqueros, un gimnasio organizó una clase de «spinning» para ponerse en forma. Otra opción era el baile frenético al que animaban los dj's en cada tramo de la calle y que, en la plaza de Colón, transformaron Serrano en una auténtica discoteca. Por supuesto que también había tiempo para la cultura, ya fuese viendo las exposiciones que los distintos museos sacaron a la calle, como la del Museo Arqueológico Nacional, como para visitar algunos de los templos del arte de la zona ya que la Fundación Lázaro Galdiano abrió sus puertas de par en par a todos los madrileños que acudieron hasta la Milla de Oro. Los aficionados al motor o a los videojuegos también tuvieron sus rinconcitos en la calle, donde se podían comprar chucherías de lujo en cada esquina o participar en un sorteo para volar a cualquier parte del mundo. Ni siquiera los más pequeños dejaron un segundo de entretenerse en su paseo por la recién remodelada arteria, ya que el personaje infantil Pocoyó les invitó a dibujar, a jugar al minigolf o a construir un castillo con bloques gigantes mientras esperaban su turno para montar al carrusel que está siempre instalado junto a un centro comercial, o para divertirse en la nueva zona infantil que se ha construido en una de las plazoletas de Serrano. Un espacio que muchas madres aprovecharon para, entre vuelta y vuelta del tiovivo, entrar a alguna de las boutiques para adquirir algún producto y presumir de bolsa de compras como sus pequeños lo hacían de los codiciados globos de helio que se repartían.
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