Consejo de Ministros
El Senado aprueba la reforma financiera de Obama
El presidente Barack Obama logró hoy un importante triunfo político al lograr la aprobación por parte del Senado de un proyecto de reforma financiera que, según ha dicho, evitará que se repitan las circunstancias que hace dos años llevaron a EEUU a la recesión. La legislación fue aprobada por 59 votos a favor y 39 en contra, y ahora debe ser armonizada con un proyecto similar aprobado en diciembre por la Cámara de Representantes. Fuentes políticas indicaron que se espera que la versión final del proyecto llegue a la Casa Blanca para su promulgación antes del 4 de julio, Día de la Independencia de EEUU. La aprobación se llevó a cabo después de una intensa jornada en el pleno del Senado, de 100 miembros, donde los demócratas lograron, con el apoyo de varios republicanos, los 60 votos que necesitaban para limitar a 30 horas el tiempo de debate. En una alocución en la Rosaleda de la Casa Blanca, el presidente Barack Obama aseguró que la medida "no busca castigar a los bancos, sino proteger a las personas"de crisis como la de 2008. Para el presidente, el proyecto de ley incluye "las mayores protecciones para el consumidor"que se han visto hasta ahora. La medida, indicó, "protegerá a los consumidores y a la economía, y fortalecerá el sistema financiero". "Gracias a la reforma financiera, el pueblo estadounidense no tendrá que volver a pagar los platos rotos por los errores de Wall Street. No habrá más rescates pagados con el dinero de los contribuyentes", aseguró. Además, recordó, "la reforma proveerá de mayor seguridad a los ciudadanos de a pie, a las familias que buscan comprar su primer vehículo o su primera casa, y en general a los contribuyentes, que no tendrán que pagar por las irresponsabilidades de otros". El proyecto de ley incluye la mayoría de las medidas propuestas por la administración de Obama y supone una reforma de gran calado de las normas financieras del país, que intentan tapar las lagunas descubiertas durante la gran crisis financiera iniciada en 2008. Así, la reforma financiera está llamada a cambiar la regulación del mercado hipotecario, de las firmas financieras y de las tarjetas de crédito. Además, reforzará el papel supervisor de las agencias estatales, con objeto de subsanar los errores que condujeron a la crisis. El proyecto crea una nueva oficina de protección al consumidor en el seno de la Reserva Federal, una de las ideas más criticadas por los republicanos. También da autoridad a las agencias reguladoras para intervenir y desmantelar a grandes entidades financieras, un proceso que pretende evitar quiebras desordenadas como la del banco de inversión Lehman Brothers, que estuvo a punto de hundir el sistema financiero mundial a finales de 2008. El proyecto establece, además, un sistema de supervisión del mercado de derivados, que mueve 615 billones de dólares, para aumentar la transparencia y competencia. Asimismo, crea un consejo de reguladores, compuesto por nueve miembros y presidido por el secretario del Tesoro, para elevar la coordinación entre las agencias y vigilar los peligros al sistema financiero.
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