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SOS para el Festival de Mérida

Su situación no puede ser más crítica: sus cuentas están embargadas y, a día de hoy, no se ha podido cuantificar a cuánto asciende la deuda. Los libros contables no aparecen

La pasada edición de Mérida se abrió con una polémica «Antígona» ambientada en la guerra civil
La pasada edición de Mérida se abrió con una polémica «Antígona» ambientada en la guerra civillarazon

El telón se levantó este verano con una obra que llevaba aparejada la polémica, «Antígona». Las críticas al Festival de Mérida no se hicieron esperar para un montaje que se había trasladado, una vez más, al escenario de la Guerra Civil y que levantó ampollas entre el público, demasiado acostumbrado en las últimas ediciones a presenciar montajes con exceso de carga política. Los problemas, sobre todo por un exiguo presupuesto, habían tocado de lleno al que es uno de los festivales teatrales de referencia en España. Sin director, tras la precipitada salida de Blanca Portillo, que estuvo al frente del mismo apenas unos meses, y con importantes problemas financieros a la espalda, la situación con que se ha encontrado el nuevo equipo de Gobierno del Partido Popular al frente de la Junta de Extremadura ha sido muy grave. La Consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales, tomó posesión el pasado 11 de julio, pero, aunque conocía la situación de primera mano, decidió no intervenir mientras durase el certamen. «La gestión ha sido catastrófica», aseguran desde la Consejería. Una gestión que no se puede ni se debe circunscribir a este último año, sino que viene de lejos: «La situación era un secreto a voces, pero por parte de las autoridades se ha preferido mirar para otro lado y no hacer frente al problema».

Por la senda de la legalidad
En la mesa de Nogales, el presente inmediato y el futuro cercano del festival es materia prioritaria. Su apuesta por la viabilidad del encuentro es un hecho. Así, la capital extremeña tendrá en 2012 uno viable, de calidad, ajustado a las necesidades, y sobre todo que transite por la senda de la legalidad «y que respete a los ciudadanos en el buen uso del erario público.
Como estaba hasta ahora, era un festival condenado a su desaparición», asegura la consejera.
Es más, cuando Trinidad Nogales visitó recientemente al alcalde de Mérida la situación del festival fue una prioridad. «Lo hemos recibido en estado crítico, pero vamos a salvarlo. Para nosotros es un referente que necesita un replanteamiento y, sobre todo, hacerlo viable, pues la situación viene heredada».

No es la primera vez que los problemas sobre irregularidades en la gestión del certamen han ocupado titulares: en 2006 y 2007 las contabilidades no se presentaron. Además, el Tribunal de Cuentas ya había alertado sobre este asunto, así como sobre un par de préstamos por un valor superior a los 800.000 euros solicitados por el festival sin que mediara la autorización de la Consejería de Hacienda y Presupuesto. Y lo que es aún más grave, a día de hoy no se ha podido determinar a cuánto asciende la deuda. ¿Dónde están los libros de contabilidad del festival? No aparecen ni los de esta edición ni los de anteriores; tampoco hay rastro de los ingresos y los gastos, ni de los libros diarios, ni de las cuentas. Es una pregunta para la que se busca una rápida respuesta, pero, como aseguran desde la Consejería de Educación y Cultura, «los tiempos son muy lentos porque nos estamos encontrando con serias dificultades. El órgano rector es el encargado de tomar las decisiones. No es un asunto exclusivo de la Junta de Extremadura, ya que el festival es una entidad consorciada. En cuanto la situación económica y financiera se aclare, se podrá actuar», aseguran desde la Consejería.

Cuentas embargadas

Trinidad Nogales ratifica que «seguimos sin disponer de la pertinente documentación contable» y añade que la Agencia Tributaria está realizando una inspección: «Las cuentas están embargadas, hay impagos de larga duración a la Seguridad Social y se debe dinero a las compañías y a los trabajadores. Tenemos constancia de algunos impagos de la gerencia a los trabajadores, empresas y demás acreedores que nos han comunicado su indignación», declara Nogales, quien ha confirmado que se van a depurar responsabilidades porque los ciudadanos lo están exigiendo. Uno de los principales responsables en el punto de mira es el anterior gerente, Pedro Salguero, a quien la Consejería ha abierto un expediente disciplinario («ante la permanente obstrucción con la que nos hemos encontrado», se asegura) que llevará a su despido por inhibición de su responsabilidad.

 

A la espera de un director
La crítica situación del Festival de Teatro de Mérida se hace aún más delicada debido a la ausencia de un director, tras la renuncia de Blanca Portillo (en la imagen). La imposibilidad de poder determinar la deuda y conocer la situación financiera para poder acometer un plan de viabilidad han dejado una herida abierta. Sólo en el momento en que se cierre se podrá buscar un responsable que se sitúe al frente, lo que sucede es que el tiempo va corriendo y es necesario que quienes ocupen la dirección artística tengan al menos seis meses para poder acometer una programación con sentido, situación que podría aclararse a principios de año. De lo que no cabe duda es de la continuidad del certamen el año que viene: «Esta garantizada y vamos a depurar responsabilidades y a lograr un certamen sostenible, de calidad y que respete a los ciudadanos en el buen uso del erario público», ha tranquilizado la consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales.

 

Un déficit de 773.223 euros
La cantidad parece que no asombró cuando se hizo pública, aunque no evitó el descontento. Además, los datos sobre ocupación no son alentadores:
- Las previsiones estimadas para la venta de entradas se cifraron en 1,9 millones de euros. La consejera de Educación confirmó que se había llegado a los 1,2 millones.
- En la Alcazaba Árabe, espacio que se habilitó el pasado verano para acoger espectáculos del festival, fue más la cantidad de público que acudió por invitación que la que lo hizo desembolsando un dinero por la entrada (5.418 invitados frente a 3.312 que pasaron por taquilla).
-En el Teatro Romano, principal escenario del certamen, las cifras fueron distintas: el 84 por ciento de los espectadores pagaron por ver lso espectaculos frente al 16 por ciento que lo hicieron gratis.