Grecia
ANÁLISIS: Una insensatez por José Ramón Pin Arboledas
– ¿Qué sucedería si, finalmente, Grecia celebra el referéndum sobre su segundo rescate y sus habitantes lo rechazan?
– Sería una insensatez que lo rechazasen, pues los más perjudicados serían los propios griegos porque el país tendría que declararse directamente en suspensión de pagos y, además, no recibiría ayuda alguna de la Unión Europea para afrontar el «default». Ello le abocaría a tener que hacer recortes todavía más draconianos que los que ha acordado hasta ahora.
– ¿El rechazo pondría en riesgo la existencia misma del euro?
– Más que poner en peligro al euro en sí, lo que pondría en peligro es la permanencia de Grecia dentro de la moneda única. El euro, por sí mismo, creo que es lo suficientemente poderoso como para sobrevivir a una situación como ésta. Si lo miramos por el lado positivo, lo cierto es que de los grandes desastres surgen grandes oportunidades y, en este caso, sería la excusa ideal para embridar las economías de algunos países de la Unión Europea a través de un Ministerio de Finanzas europeo al que los estados tendría que ceder parte de su soberanía.
– ¿Hasta qué punto es necesario avanzar hacia esa unificación de las políticas económicas y fiscales de los países de la eurozona?
– La decisión que ha tomado Papandréu es consecuencia de una de las grandes anomalías de la Unión Europea, que es la falta de una estructura democrática propia. Tal y como están planteadas ahora las cosas, los dirigentes de cada país miran antes por sus intereses nacionales e, incluso, por sus intereses partidistas, que por los de la UE. Por eso es necesario crear un Ministerio de Finanzas europeo. Si no damos pasos en esa dirección, el euro tendrá grandes dificultades para sobrevivir.
– ¿Cómo afectaría a España la hipotética bancarrota en que caería Grecia si rechaza el plan de rescate?
– Las consecuencias para España serían relativas. Los problemas de nuestro país emanan de que la recuperación está amenazada no sólo por Grecia, sino por el parón global. De no haber sido por el turismo y las exportaciones, el crecimiento en el tercer trimestre habría sido negativo. Más que lo que suceda en Grecia, para los intereses de España será más decisivo lo que haga en sus tres primeros meses de mandato el nuevo Gobierno que sea elegido en las elecciones generales del próximo 20 de noviembre.
José Ramón Pin Arboledas
IESE Business School
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