La dualidad laboral y el alto coste del despido lastran el empleo

Navacerrada- La reforma de la negociación colectiva impuesta por el Gobierno no ha dejado a nadie contento, y buena prueba de ello la pudimos observar ayer en el Campus FAES. Los ponentes de la mesa redonda «Mercado laboral: una reforma para el empleo», moderada por el director de LA RAZÓN, Francisco Marhuenda, coincidieron en señalar que las medidas tomadas hasta la fecha en materia de empleo son claramente insuficientes para reducir la tasa de paro por debajo del 20%.

Francisco Cabrillo, presidente del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid, abrió el fuego al señalar que «hay regiones que triplican el paro de otras», por lo que se preguntó «si tiene sentido que la regulación sea la misma». Cabrillo se mostró así a favor de la descentralización del mercado laboral español, un movimiento que «podría tener grandes ventajas» en este momento, cuando se habla de que «la negociación colectiva es el gran problema».

El profesor del Centro de Estudios Monetario y Financiero, Samuel Bentolilla, señaló, por su parte, que España «supera el 20% de parados, un asunto que ya se ha convertido en un problema estructural». En línea con el modelo austriaco, Bentolilla destacó la necesidad de ligar los salarios a la productividad, suprimir los contratos temporales y realizar una reforma de la negociación colectiva completa, ya que la actual es insuficiente.

Joaquín Trigo, director ejecutivo de Fomento del Trabajo Nacional, destacó, por su parte, que, a pesar de la reforma laboral y de la negociación colectiva, «las cosas están mucho peor que el año pasado» en el terreno laboral. Trigo insistió en la necesidad de que la «confianza y la transparencia» sean los factores que caractericen al mercado de trabajo de España. «La primera causa de falta de crecimiento es la falta de confianza», añadió.

Juan Chozas, socio de KPMG y ex secretario general de Empleo, lamentó que en España «sea más fácil despedir que bajar un salario». Chozas resaltó la necesidad de que la dualidad laboral desaparezca de España, lo que implica el fin de los contratos temporales.