El laboratorio nacional

Murcia y, especialmente el Gobierno de Ramón Luis Valcárcel, se han convertido en uno de los principales laboratorios donde se ensaya la política nacional y, mayormente, por no decir casi siempre, con notable acierto. La Comunidad Autónoma fue la primera de las diecisiete regiones españolas que aplicó medidas de ajuste en el gasto para reducir el impacto de la deuda, lo que le provocó serios enfrentamientos con los sindicatos y algaradas callejeras que acabaron incluso en agresiones a familiares directos del presidente. Ahora, un año después, se ha podido comprobar que Valcárcel se anticipaba a lo que se nos venía encima al ser copiada por otras comunidades en recortes mucho más duros que los aplicados en nuestra región. Llegaron las elecciones del 22-M y del 20-N y el líder del PP murciano no sólo incrementó sus expectativas de voto respecto a otros comicios anteriores, sino que, además, los supero de forma notable hasta convertirse en el presidente popular más votado de España. Entretanto, las medidas de choque contra la crisis no cesaron y fueron llegando una tras otra hasta la llevada a cabo estos últimos días consistente en un plan de pago a proveedores que, contra todo pronóstico, ha contado con el aplauso general de sindicatos y patronal. Contrariamente a lo que decía Rubalcaba en el cara a cara con Rajoy acerca de que el PP castigaría a los pymes y a los autónomos, tenemos ante nosotros planes de pago de la deuda que alcanzan al 95 por ciento de los afectados, aunque el restante 5 por ciento (que corresponde a las empresas más solventes) deba esperar un tiempo prudencial para reingresar la deuda que la Administración tiene con ellos. Muchas de estas medidas aplicadas por el Ejecutivo regional están siendo emuladas en prácticamente todas autonomías en las que gobierna el PP, y las que no lo son ya han colado por debajo de la puerta otros paquetes de choque que vienen a ser lo mismo que Murcia lleva a cabo desde hace más de un año. Valcárcel auspició el «lobby» Ferrmed que trajo el corredor por el litoral y ahora se propone desmontar la PAC que supone una grave amenaza a la agricultura regional. Por eso la gente le vota, porque el electorado murciano es maduro y ya no se la dan con queso, que es lo que ha hecho el PSOE desde 1995.