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Edward Gorey tiene sucesora

La ilustradora Agente Morillas expone su particular universo en Barcelona

Mamen Morillas frente al mural que ha pintado en la Mutt Gallery para la exposición
Mamen Morillas frente al mural que ha pintado en la Mutt Gallery para la exposiciónlarazon

BARCELONA- Una niña con máscara. Su cuerpo no es más que una jaula y en su interior guarda un corazón con alas de vampiro. La imagen es sencilla, pero su carga simbólica es demoledora. La niña no tiene nombre, al menos no lo conocemos. Se encarama a los postes, es perseguida por fantasmas, escapa de ciudades embrujadas, es empalada en un árbol y, aún así, no pierde su inocencia. Envuelta en un mundo macabro, su ingenuidad la protege del horror y la hace resistir a mil y una pruebas. Su empeño es enternecedor. Está enamorada, asegura. Todos le dicen que no, que su amor no existe, que sólo es un ideal imposible. A ella tanto le da lo que es posible o no. Lo único que sabe es que sólo el amor hace que las cosas sean posibles.
Esta es la historia detrás de la primera exposición en solitario de Mamen Morillas, más conocida como Agente Morillas. La galería librería Mutt de Barcelona acoge hasta el 30 de octubre «Muertos de amor», una serie de siete cuadros y 24 dibujos en que seguimos las andanzas de la niña de la máscara, una creación icónica que encierra a la perfección el mundo personal e intransferible de la ilustradora. «Me gusta dulcificar lo más agresivo, hacer de lo cruel una poética de la inocencia», señala Morillas.

De Barcelona a Lichtenstein
La iconografía personal de la ilustradora va de las películas de miedo a la ciencia-ficción, pasando por personajes como el vampiro o el asesino en serie. Siente auténtica admiración por Edward Gorey y sus niños macabros, pero también por el tratamiento de la mujer y el amor en Klimt y por la sencillez y el dinamismo de Keith Haring. Si se agita todo esto, el resultado es un estilo personalísimo, en el que su personaje principal llama a gritos tener su propia serie propia de dibujos animados o, al menos, un libro como los de Gorey. «Me encanta la idea de la máscara, de lo que oculta. Me identifico con ella. No es que sea un "alter ego", pero sí es como mi propia máscara, un lugar desde donde mirar», afirma Morillas.
Desde hace años, su trabajo se ha visto en revistas de toda clase. En la exposición, abandona el ordenador y el digital y se centra en el dibujo a mano, con perfección casi quirúrgica, cuidando los detalles al milímetro. «Parto de un texto o una idea y a partir de aquí ideo lo que quiero dibujar. No soy alguien espontáneo, sino que me gusta que todo esté muy meditado», señala la ilustradora. De momento, la muestra ha llamado la atención. Morillas va encaminada a dejar la máscara y descubrir a la artista.


Entre libros y obras de arte
La Mutt Bookshop Gallery es un nuevo espacio en la calle Comerç que ha sabido unir el mundo del arte, el diseño y la ilustración con el gusto por el libro como objeto. A medio camino entre la galería y la librería, este híbrido, popular en otras ciudades, pero poco conocido aquí, ha sido muy bien acogido dentro del sector del diseño.