Literatura

Comunidad de Madrid

Y María Espada hizo la luz por Arturo REVERTER

Temporada de la Orquesta de RTVEBrahms: «Un Requiem alemán». Soprano: María Espada. Barítono:Klemens Sander. Coros de la RTVE y de la Comunidad de Madrid. Orquesta de la RTVE. Director: Carlos Kalmar. Madrid, Teatro Monumental. 19-X-2012.

La Razón
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Se habían interpretado ya los cuatro primeros números de este «Ein deutsches Requiem» y hasta entonces no había sucedido nada realmente destacable. El comienzo fue prometedor pese a cierta falta de claridad en los planos imitativos de la cuerda. En el segundo número, «Denn alles Fleisch», las cosas tomaron otros derroteros. En primer término, Kalmar comenzó a retener, algo observable ya en esa falsa marcha inicial. Las féminas empezaron a acusar ciertas destemplanzas en las notas agudas y la armonía del conjunto desapareció. En concreto, la segunda parte del fragmento, «allegro ma non troppo», nos pareció en exceso lenta, pesada, y todo tendió a diluirse. A partir de «Die Erlöseten des Herrn» las líneas se confundieron y los contrapuntos se tornaron borrosos. Claro que es el segmento más difícil de la obra. Las partes agudas del coro se tensaron y perdieron tonicidad, lo que se mantuvo para los pasajes comprometidos hasta el cierre. La entrada del barítono no mejoró la situación. Sander es una voz muy lírica y a medio hacer, escasamente timbrada y pequeña. Sin el empaque que necesitan sus frases en los números tercero y sexto. Y en estas que comienza el consolador número V, ese recuerdo a la madre por parte del compositor. Y se hizo la luz. Cantaba María Espada, sustituta de la enferma Julia Keitel (¿por qué no se la contrató a ella desde el principio?). La voz, de lírico-ligera con cuerpo y brillo, tersa y cálida, sonaba fresca, igual, acariciadora, y la artista realizaba, con magnífico apoyo, los prescritos y expresivos reguladores de intensidad, con finura y emoción. El coro, atendiendo a las aquí acertadas indicaciones de la rectoría, acompañó con lírico fervor. Fue un fogonazo. La falta de lirismo, recogimiento poético y sutileza de Kalmar impidieron que en la interpretación levantara el vuelo.