Lorca

Es la hora de la resistencia

Las víctimas se concentraron ayer contra el Gobierno y el Constitucional por su «paso atrás» al avalar Bildu 

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En una tarde gris y lluviosa, las banderas de España, las pancartas de protesta, los paraguas y los gritos perdidos en contra de la presencia de la coalición Bildu en las próximas elecciones locales y forales del próximo día 22 se dieron cita ayer en la madrileña plaza de República Dominicana en una concentración convocada por la plataforma Voces Contra el Terrorismo, a la que se unieron las asociaciones más representativas de víctimas del terrorismo y más de una treintena de colectivos cívicos, asociaciones militares, sindicatos policiales y colectivos de guardias civiles.

Bajo el lema «Ante la traición a España, ETA fuera de las instituciones», y con una pancarta colocada junto al escenario con la frase «Vota a ETA, ahora puedes», imitando el diseño utilizado por el PSOE en la campaña electoral, miles de personas se congregaron para expresar su máximo rechazo a la política seguida por el Gobierno respecto a ETA y criticar duramente a los magistrados del TC –seis– que avalaron Bildu. La presencia electoral de esta coalición va a permitir que las listas avaladas por la «izquierda abertzale» obtengan una buena fuente de financiación de dinero público y que accedan a las instituciones, tal como ETA tenía planeado en su «hoja de ruta» desde hace años.

Abucheos
En el acto se recordó con «respeto y admiración» a las víctimas del terrorismo», a la vez que se unían al dolor de las familias que han sufrido el terremoto de la localidad murciana de Lorca. Por esas víctimas se guardó un minuto de silencio. Al finalizar este breve pero sentido acto de homenaje y recuerdo, se rememoró el atentado etarra que en 1986 asoló esa misma plaza de República Dominicana y en el que perdieron la vida 12 guardias civiles. Las críticas contra el Gobierno se exteriorizaban a través de silvidos y abucheos, cada vez que se recordaba las últimas excarcelaciones de etarras, la resolución del TC sobre la presencia de Bildu y la actitud del Ejecutivo en materia de terrorismo.

Salvador Ulayar, cuyo padre fue asesinado en 1979 por la banda terrorista, fue el primero en dirigirse a los miles de asistentes. El Constitucional fue el centro de sus críticas, cuya decisión sobre Bildu definió como el «fruto podrido de 12 años de negociación, de traición, de contactos y reuniones ocultas en un proceso blindado». Entre los gritos de «Zapatero, dimisión», Ulayar recordó el «chivatazo» a ETA y las «mentiras» de Rubalcaba, a la vez que exigió a Zapatero «justicia política», ya que «nos hace sentir políticamente derrotados», dando «aire» a un «proyecto totalitario que pasa por romper España».

José Antonio Ortega Lara, que sufrió el secuestro más largo de la historia, recibió el aplauso más largo y caluroso de toda la concentración. Las negociaciones del Gobierno con ETA, el TC y a las excarcelaciones de presos de la banda centraron su dura y a la vez emocionada intervención, que estuvo acompaña de abucheos por parte de los asistentes. Su mensaje al TC fue escueto pero muy claro: «Acatamos la sentencia del TC sobre Bildu, pero no la aceptamos». Al finalizar su intervención pidió «memoria, dignidad y justicia para las víctimas», entre los aplausos de quienes permanecían en la Plaza de la República Dominicana y calles adyacentes impasibles en la lluvia.

Le siguieron Montse Canive, concejal del PP en la localidad alavesa de Amurrio y amenazada por ETA; Nerea Alzola, edil popular en el municipio vizcaíno de Sondica y también amenazada por ETA, y Regina Otaola, alcaldesa de la localidad guipuzcoana de Lizarza, quien ha sido víctima de no pocos actos de intimidación por parte de radicales próximos a la banda. Precisamente, esta última resumió en una frase el sentir de no pocos vascos y navarros a partir de la presencia de Bildu en los ayuntamientos vascos y navarros: a partir del 23 de mayo muchos vecinos del País Vasco volverán a vivir como «rehenes».

Francisco José Alcaraz, presidente de Voces contra el Terrorismo, cerró el acto con críticas a la «presión política» que padece el TC y el «exceso» del mismo en su resolución sobre Bildu. «En nuestro nombre, no», concluyó. Tras el himno de España, los asistentes a la concentración comenzaron a abandonar esa plaza donde una vez los terroristas hablaron con el ruido de las bombas, y donde ayer hubo unanimidad: «Es la hora de la resistencia».