Enrique Ponce
Enrique Ponce borda el toreo en el quinto festejo de la feria de La Vendimia de Nimes
NIMES (Francia)- En el quinto festejo de La Vendimia, Enrique Ponce consiguió un triunfo rotundo gracias, en gran medida, a un buen toro que hizo segundo. Saludó con verónicas para, ya con la muleta, torearle profundo y templado. Citó de largo en las tandas en redondo, se inspiró en los naturales y remató con circulares genuflexos que pusieron en pie al respetable. Rubricó con una estocada. Ante el cuarto, noble aunque le costó humillar, el valenciano anduvo por encima. La faena fue larga y escuchó un aviso antes de tomar la espada. También estuvo importante Sebastián Castella, ante su primero, otro buen ejemplar, al que comenzó su labor por estatuarios tras muletearlo por ambos pitones. Acortó tanto las distancias que su toreo desembocó en un escalofriante arrimón. De no haber pinchado al primer intento, el triunfo hubiera sido más importante. Su segundo, aunque noble, no tuvo transmisión, lo aprovechó tanto que se pasó de faena, lo que le dificultó la suerte suprema.
El toricantano Juan Pablo Sánchez no tuvo suerte con su lote, sus dos adversarios tuvieron nobleza pero adolecieron de fuerza. Con el que abrió plaza se le vió tesonero y trató de justificarse pero el animal acabó siendo un auténtico marmolillo. El que cerró plaza terminó también parado, ante lo cual, recurrió al arrimón y falló con la tizona. Quinta de feria. Se lidiaron cuatro toros de Victoriano del Río y uno de Cortés, el 1º, de buen juego y presentación. Enrique Ponce, dos orejas y rabo y saludos tras aviso; Sebastián Castella, oreja tras aviso y saludos tras dos avisos; Juan Pablo Sánchez, que tomaba alternativa, saludos en ambos. Lleno.
En Murcia, se lidiaron toros de Jandilla, manejables. Rafaelillo, oreja y ovación; El Fandi, dos orejas y ovación; César Jiménez, dos orejas y oreja. Tres cuartos de entrada.
Plaza de toros de Guadalajara. Cinco astados de Santiago Domecq y uno, el tercero, de Ana María Bohórquez, bajos de raza y fuerza. El Juli, silencio y aplausos; El Cid, oreja en ambos; Alejandro Talavante, silencio en ambos. Casi lleno.
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