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El laberinto de Cibeles

El Ayuntamiento de Madrid ha distribuido planos a los concejales para que no se pierdan en el Palacio. Ante el caos de los primeros días, el documento explica desde cómo llegar a los baños a la forma de votar en Pleno

El laberinto de Cibeles
El laberinto de Cibeleslarazon

MADRID-El estreno del Salón de Plenos del Palacio de Cibeles, el pasado 30 de noviembre, se convirtió en una gincana en busca del baño, el café y la salida para poder fumar en el exterior. Mientras los bedeles intentaban orientar a los políticos que, desesperados, cruzaban puerta tras puerta en busca del camino de vuelta al Pleno, otros miraban con desesperación a los ayudantes para simplemente, encontrar la salida de la Sala de Batalla, puesto que los frisos de madera que adornan las paredes no dan pistas sobre su ubicación.

A esto se añadía la confusión previsible por el nuevo sistema de votación que cada concejal tiene en su escaño. Para votar es necesario introducir una tarjeta identificativa personal y después pulsar el botón deseado pero, ¡ojo!, que antes hay que encender otro botón y pulsar hasta que deja de estar intermitente el otro... Menos mal que en los primeros plenos se mantuvo el sistema clásico de votación porque el caos podría haber sido tremendo.

¿Dónde está el café?
Y por si esto fuese poco, apenas tres semanas después de la inauguración, en el Pleno ordinario del 22 de octubre, volvieron a cambiar las cosas de sitio. El café ya no está bajando un piso, girando a la derecha, al fondo y otra vez a la derecha detrás de una columna, sino que está en el patio de cristales a donde antes no se podía pasar salvo si eras concejal fumador.

Además, han entrado cuatro concejales nuevos que ni siquiera habían pisado la Sala de Batallas de Cibeles. Y aunque ha habido otro Pleno más, el de la investidura de Ana Botella como alcaldesa, el sistema de voto no se probó, ya que entonces la ceremonia era distinta y no se aplicaban las pautas de las sesiones ordinarias.

El próximo viernes hay otro Pleno extraordinario seguido de uno ordinario a finales de mes y con tantas incorporaciones nuevas los concejales tendrán que echar mano de una de las últimas decisiones de Paz González antes de dejar la presidencia del Pleno a Ángel Garrido para ocuparse del Área de Urbanismo. A instancias de González, se entregó a cada miembro de la corporación municipal un plano e instrucciones para moverse por el Pleno.

Tres caminos para llegar
Con varios mapas en los que se indica la numeración de los escaños y a quién corresponde cada uno. También se señalan las salidas y se indican los distintos caminos que hay para llegar al pleno, tanto en un mapa con la correspondiente flecha a seguir como en texto, por si no ha quedado suficientemente claro en los planos adjuntados. Y no es para menos, porque hay tres caminos posibles que, aunque están indicados para concejales, periodistas o invitados, la realidad es que cada uno entra por donde buenamente puede.

Por supuesto, en los planos también se señala dónde están los baños, puesto que algunos concejales tuvieron verdaderos problemas para encontrarlos. «Yo intenté ir varias veces y a la primera llegué, porque no me oriento demasiado mal, pero luego fui incapaz de regresar al Salón de Plenos», comentaba una de las ediles. La escena más habitual los primeros días ha sido la de las cabezas de los concejales, periodistas e incluso del público asomando por las puertas intentado averiguar dónde estában.

Y eso que en los puntos claves hay bedeles para explicar el camino, pero hay muchas puertas y algunas de ellas son de seguridad –es necesaria una tarjeta de acceso para franquearlas– por lo que el despiste es casi completo. Máxime cuando las puertas de los servicios son iguales a las demás y tan sólo un pequeño cartel señala su ubicación. Lo mismo ocurre con los pequeños carteles que, en las escaleras, marcan el camino al Salón de Plenos pero... ¿es un piso más abajo, o dos?

El mapa del tesoro
Con el mapa del tesoro en ristre, los concejales tan sólo deben seguir las instrucciones para votar apropiadamente en el pequeño panel que tienen en su escaño. Además, el documento también explica cómo comenzar el turno de palabra, para el cual los ediles tienen un micrófono instalado en su sitio aunque, según el momento de la sesión plenaria, también pueden hacer uso del atril situado bajo la Presidencia.

Por si acaso, también explica cómo colocar el micrófono para que se escuche adecuadamente «con una separación entre la boca de aproximadamente 15 o 20 centímetros» y las distintas señales luminosas que indican que queda tiempo de sobra (verde), menos de un minutos (amarillo) o se ha sobrepasado el turno (rojo), aunque el contador también se proyecta en las pantallas gigantes.

Por suerte, el Pleno del próximo viernes será sólo para que tomen posesión los nuevos concejales que, si llegan sanos y salvos hasta la Sala de Batallas, tendrán al menos diez días para estudiar bien el laberinto.