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30 años por las playas por Enrique Miguel RODRÍGUEZ

La Razón
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De las revistas de los miércoles, me ha llamado la atención el reportaje de «Hola» sobre Valeria Mazza. Enseña su casa de Punta del Este, que es un lugar de la costa uruguaya donde hacen visita obligada los VIP de todo el mundo. Valeria, que tuvo una carrera de modelo no muy larga, ha tenido la inteligencia, no sé si directamente ella o su marido, de instalarse en una vida idílica a la que sacan una alta rentabilidad. Ha cumplido la argentina 40 extraordinarios años, de ellos ha dedicado al menos 25 a posar en lugares exóticos, como lo hace acompañada de un marido complaciente y vistoso y de unos hijos que parecen encargados a un diseñador, para que sean los niños más rubios y más guapos del lugar. El negocio de los posados sigue dando sus frutos, si además de vez en cuando se te aparece Porcelanosa en algún lugar del mundo, los ingresos se redondean divinamente. La pregunta es, ¿son de verdad tan felices como aparecen siempre o es una profesión la del posado en playa de lujo más dura de lo que pudiese parecer? Todas las revistas sacan en portada y en sus interiores, el desfile de las grandes estrellas en la gala de los Oscars. Penélope Cruz, como casi siempre, está estupenda, con gran clase. Esta vez, Melanie Griffith sí está elegante, acompañada de Antonio Banderas, que luce como pocos su esmoquin. La auténtica ganadora de la noche, con todos los méritos del mundo, 17 nominaciones y dos Oscars, me refiero a Meryl Streep, iba vestida, como si fuese una caja de bombones, preparada para dar la sorpresa en un cumpleaños cursi y hortera. Pero al fin y al cabo, esto es una anécdota, que para eso pasean por la alfombra roja y se someten al juicio de cualquier cretino, entre los que me incluyo. Su categoría de actriz es máxima. «Lecturas» trae en portada su gran exclusiva: «Luna de miel de la heredera de Zara». Marta y Sergio, como corresponde a su nivel, no se han marchado de luna de miel a las Pajanosas, ni tan siquiera a Matalascañas, han volado a Sidney y a Camboya. Es que los artículos que vende la heredera serán de bajo coste, pero los ingresos son estratosféricos.