Vigo

«La política produce indiferencia»

Jandro Villa - DiseñadorNació: en 1982, en Vigo.Una película: «Una habitación con vistas».Un libro: «Ensayo sobre la ceguera».Música: Florence and the Machine.Dentro de 20 años: trabajando.

 
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–Acaba de ganar el Premio Nacional a la Moda para Jóvenes Diseñadores. ¿Qué le diferencia del resto?
–Vengo del mundo de la escultura, que influye en mis diseños. Hago prendas estructurales en las que son muy importantes la geometría y el patronaje. No son prendas al uso, más bien son piezas.

–¿Un diagnóstico de la moda española?
–Se resiente en la creatividad. Se está tendiendo a ser más comerciales. En esta época de crisis lo que interesa es vender y que la moda se convierta en un bien de consumo.

–Sin embargo, difícilmente lo que se ve en Cibeles luego está en la calle.
–Sí, son muy pocos los diseñadores de moda cuyas prendas trascienden el escaparate. Está David Delfín, Carlos Díez... Y los más jóvenes tenemos un problema de visibilidad. Haces los diseños, pero luego ¿cómo los produces? Aquí lo que hace falta es una infraestructura empresarial.

–La moda ligada a los jóvenes... ¿cuáles son sus líneas maestras?
–Está ligada a lo lúdico, a la cultura del club, salir por la noche. Absorbe mucho de la cultura popular, de los mass media. Y si hay que hablar de iconos de la moda, bueno, ahora no es un diseñador en concreto. Puede ser alguien que tiene un blog de moda muy influyente o el director de determinada revista.

–¿Cómo definirías a tu generación?
–Somos una generación que nacimos con internet, yo incluso la denominaría la «generación del pulgar». Tenemos el mundo a nuestro alcance a golpe de clic, nos retroalimentamos de la red.

–Pero también sois muy sociales...
–Sí, pero yo detecto dos corrientes: una muy nihilista-hedonista, que sigue a rajatabla el «carpe diem», el vivir por vivir que sólo le preocupa consumir experiencias. Además de la sobredosis de imágenes: vemos tantas cosas incluso sin querer... Viajan mucho, saben varios idiomas...

–¿Y la otra corriente?
–Profesionales muy preparados, pero que no se pueden desarrollar. No saben qué hacer y piensan en emigrar donde sea y como sea.

–¿Existe una indiferencia política?
–Sí, ni siquiera nos provoca irritación. Lo que hacen unos lo deshacen los otros... Soy un analfabeto de la política, no me interesa.

–A lo mejor es hora de protestar, como están haciendo los jóvenes árabes.
–Puede. Cada vez los jóvenes nos asociamos más para proteger nuestros derechos, para crear empresas sin ningún tipo de ayuda... No sé, supongo que tarde o temprano sucederá.