El «aquelarre» etarra
Contrastes
La multitudinaria protesta de hace una semana de las víctimas del terrorismo apoyadas por la sociedad, para denunciar posibles irregularidades en la política penitenciaria del Gobierno respecto a los presos etarras y en protesta por la «tregua trampa», no ha caído en saco roto. La renovada rebelión cívica vuelve dispuesta a evitar que los asesinos de ETA sean premiados por dejar de matar, y sobre todo a recuperar el valor de la legalidad, la justicia y el estado de derecho que vemos en ocasiones infravalorar gravemente. La sociedad reclama que no se vuelva a negociar con asesinos y que nunca consigan colarse en las elecciones. Muchos nos preguntamos a cuento de qué el ex presidente González dice ahora que podía haber acabado con la cúpula de ETA y no quiso hacerlo, y lamenta que los fiscales pidieran recibos y justificantes de los fondos reservados. ¿Es que no era esa su obligación? Quizás no sea tan arbitrario hablar justo ahora de tretas ilegales para vencer el terrorismo. Y de paso, mientras se habla de los GAL, no se mencionan otras cosas, como posibles beneficios penitenciarios, políticos y fiscales a los terroristas. Para que nadie vuelva a sufrir el zarpazo de la violencia, los comprometidos promotores andaluces de Escuela Cultura de Paz han llevado al Parlamento Europeo 150 jóvenes con proyectos para la paz. Gracias a estos contrastes, no perdemos nunca la ilusión.
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