Diada y circo

El que se sube por primera vez a una bicicleta hace de artista de circo, nos dice Javier Sáinz Moreno en su «Charivari de greguerías en la pista del Circo». ¡Pues imagínese las veces que usted ha triunfado en la pista! Y el de la Diada fue un nuevo éxito. Desde distintos puntos de España, muchos cogimos la bici y nos pusimos a pedalear. Catalanes, vascos, madrileños, cántabros, castellanos, gentes de todas las procedencias nos vimos para constituir la Asociación de Amigos del Museo Nacional del Circo (www.amigosdelmuseodelcirco.com), que ya cuenta con doscientos socios.

La ciudad de Albacete, que se está ganando a pulso el calificativo de «Capital española del Circo», acogerá el Museo, con proyecto ya en marcha. Y si el Museo será el escaparate principal de la historia del circo español, la asociación de amigos es ya su capilaridad, que le dará sangre y oxígeno. Se trata de personas que cubren la totalidad de nuestro territorio y que están relacionadas con la gente del Circo, con aquellos que tienen baúles llenos de recuerdos y que están deseosos por compartirlos con su público.

Fue una bonita manera de celebrar nuestra Diada: abriéndonos al resto de España para soñar con gentes de todas las procedencias e ideologías un espacio de convivencia y felicidad: «La luna es una pista de circo por la que corren caballos blancos».