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Hollywood vuelve a quedarse mudo

«The Artist», tributo a la edad de oro del cine norteamericano, obtiene seis candidaturas

«No esperábamos la expectación que se ha creado con la película de cara a los Oscar», confiesa el director
«No esperábamos la expectación que se ha creado con la película de cara a los Oscar», confiesa el directorlarazon

Está en todas las quinielas para los Oscar, pero su director no es ni Scorsese, ni Spielberg, ni Eastwood. Tampoco se trata de una película norteamericana, aunque lo parezca. Para colmo, es muda y en blanco y negro. ¿Qué tiene «The Artist» para haberse convertido en la gran sorpresa de este año? Su director, Michel Hazanavicius, está tan sorprendido como los demás: «No esperaba en absoluto la expectación que ha creado de cara a los Oscar. Pero, de momento, no estamos nominados. Sería fabuloso. Es muy difícil que una cinta con un punto de partida tan modesto pueda llegar tan alto», asegura. En 1927, George Valentin (Jean Dujardin) es el actor más famoso de Hollywood. Pero la llegada del cine sonoro acaba con su carrera. Peppy Miller (Bérénice Bejo), la nueva estrella, intentará reivindicar al que fue su mentor. «Es una historia de amor que se mezcla como otros géneros, como el melodrama, y otros temas: el homenaje al cine, el silencio, el orgullo... También es una película de entretenimiento. El cine mudo es, simplemente, un formato», explica Hazavinicius.

La nacionalidad de Beethoven
Parece que lo único que puede jugar en contra de «The Artist» en los Oscar es el hecho de que Francia se haya adelantado a Hollywood en este homenaje a su primera era de oro. El realizador, sin embargo, no le da importancia. «Estamos obligados a darle una nacionalidad a las películas, pero es una historia muy americana. El cine mudo es como la pintura y la música. Sin pretender compararme con él, cuando escucho a Beethoven, ¿tiene importancia la nacionalidad de su obra? El mudo era precisamente la utopía de un lenguaje universal», añade. Los actores John Goodman y James Cromwell encabezan el extenso reparto norteamericano de la cinta, que viene a confirmar la tendencia de un cine en el que las imágenes importan más que las palabras: «Creo que hay muchos excelentes realizadores y guionistas que, cada vez más, trabajan en series de televisión. Eso exige al cine que vuelva a lo que es propiamente suyo», termina Hazanavicius.

 

Swanson, la diosa
La ficción que narra «The Artist» no le es ajena a la verdadera historia del cine y sus protagonistas. Fueron muchos los actores que, tras lograr el éxito con mayúsculas, no encontraron su espacio en la nueva industria del sonoro. En 1950, Billy Wilder ya retrató en la obra maestra «El crepúsculo de los dioses» la caída en desgracia de estos actores aferrados al pasado e incapaces de aceptar el cambio que los condenó al olvido. Gloria Swanson (en la imagen, una escena de la película) fue una de estas estrellas, pero no dudó en ponerse a las órdenes de Wilder para parodiar la vida de estas viejas glorias en mansiones ostentosas y rodeadas de flores que los admiradores nunca enviaron. Como Swanson, el personaje de Valentin en «The Artist» se convierte en el mejor homenaje a una generación que, desde el silencio, creó la mayor industria de cine del mundo.