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Nace el voluntariado de la lectura
BARCELONA– Según desprende el último informe PISA, uno de cada 10 alumnos de 15 años (un 14 por ciento) no comprende lo que lee. En el polo opuesto, el 31 por ciento de los alumnos con alto rendimiento académico leen entre dos y tres horas al día. Los resultados del barómetro educativo de la OCDE desprenden una de las carencias que más aquejan al sistema, y no es otra que la lectura. A estos datos hay que sumar varias investigaciones que han demostrado que los problemas de comprensión lectora pueden dificultar el aprendizaje en todas las materias, causar desánimo y favorecer el abandono de los estudios.
Para acabar con este déficit y solventar el 30 por ciento de fracaso escolar, el doble que la media europea, la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, se ha puesto como objetivo fomentar la lectura en todas las etapas. Si el pasado mes de diciembre anunció un plan de lectura integral en los colegios e institutos, ayer le tocó el turno al programa Lecxit. Una iniciativa que, con la colaboración de la Fundació La Caixa y la Fundació Bofill, auspiciará el voluntariado de ciudadanos para que se conviertan en tutores de lectura de alumnos de cuarto de primaria. El programa, que ya llevan a cabo unos 200 voluntarios con 200 niños de 10 centros, aspira a llegar, en dos años, a 1.700 alumnos y 2.000 voluntarios. De hecho, en septiembre, la cifra podría ampliarse a 30 colegios más.
La presidenta de la Fundació Jaume Bofill, Isabel Vilaseca, dijo ayer que el objetivo es «incidir en las etapas primerizas» para luchar contra el abandono prematuro de los estudios. «No todas las familias tienen los recursos sociales para fomentar la lectura con sus hijos», indicó, por lo que el programa procura captar a los niños a partir de cuarto de Primaria.
Durante los siguientes tres años, y hasta que el escolar finalice la etapa educativa, un voluntario se erige como tutor del alumno y lee con él de lunes a viernes, una o dos veces a la semana en horario extraescolar y dentro del centro educativo. Si bien se presentaron 600 candidatos al programa, finalmente han sido escogidos 247 mentores, en su mayoría maestros jubilados o universitarios. Su labor es la de acompañar al pequeño en la mejora de la comprensión lectora, y convertirse en un referente lector, una persona de confianza con la que el alumno pase «buenos ratos» leyendo.
Una vez al mes, además, se harán actividades grupales con los alumnos y talleres con las familias para incentivar la lectura en casa. «Tenéis que dar las gracias a estos voluntarios, porque os están regalando su tiempo para que podáis leer mejor», explicó la consellera a los alumnos del colegio General Prim, en el barrio del Besós, que ya hacen uso del programa.«Si no entiendo una palabra, la busco en el diccionario», explicó un avispado pequeño a Rigau.
El director general de la Fundació La Caixa, Jaume Lanaspa, indicó que Lecxit ayudará a «eliminar barreras para descubrir los futuros talentos sociales» para que los alumnos «tengan autonomía y criterio» en su futuro.
Un plan transversal
Si hace unas décadas la educación institucional se volcó en asuntos tan mundanos como la higiene diaria o el deporte, el Govern ha optimizado sus recursos para que en cinco años se cumplan tres metas: que al aumentar el hábito lector se facilite el acceso al conocimiento, colocar a Cataluña en torno a los niveles europeos y fijar objetivos consensuados con todos los agentes implicados. Un plan transversal en el que las consellerias de Ensenyament y Cultura volcarán sus esfuerzos sin tocar el presupuesto. El plan ya se ha gestado en 360 centros.
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