El lago incorpóreo

El lago de los cisnes
Corella Ballet Castilla y León. Solistas: A. Corella y N. Tapia. Coreografía: Petipa e Ivanov, revisada por Corella. 5-IX-2010. Teatro de la Zarzuela.

La empresa era ambiciosa. Montar el clásico entre los clásicos siempre lo es. Y Corella, como el Sigfrido que interpretó, salió razonablemente airoso. Aunque volvió a pinchar en el punto más débil de esta compañía: el cuerpo de baile. Por partes. La calidad de un «Lago» viene, como en ninguna otra obra, dada por la bailarina que interprete a Odette/Odile y por su cuerpo de baile. En este caso, Natalia Tapia elevó notablemente el nivel de sus compañeras cisnes gracias a una técnica impecable que le permite meterse en ambos papeles sin tener que preocuparse por los pasos. Cierto es que brilló más con el cisne blanco que con el negro –unos desafortunados fouettés nublaron ligeramente su actuación–, pero Tapia es, sin duda, la bailarina de la que Corella debe estar más orgulloso.

También el director de la compañía confirmó su fama de gran ejecutor, seguro y contundente, aunque su Sigfrido sufriera de sobreactuación por momentos. Pero nada de esto empañó la obra como lo hizo el cuerpo de baile, pieza clave de la coreografía. Sólo se puede achacar a la falta de ensayo su descolocación y descoordinación. Una pena, subsanable, pero pena al fin y al cabo.