Sucesos

«Sólo quise quemarle el pene para que fuera mío y de nadie más»

Una mujer australiana sospechaba que su marido la estaba engañando. La solución la vio clara: había que "purificar su pene"por medio del fuego. Ni corta ni perezosa le roció con licor y encendió la cerilla purgadora. No contaba -o sí- con que la mutilación le costaría la vida al esposo quemado unas semanas después.

Lo más sorprendente después de su venganza fue que Rajini Narayan, de 46 años, se declaró inocente de los cargos de asesinato y de prender fuego a una casa valorada en un millón de dólares locales (980.000 dólares estadounidenses).

Su marido, Satish Narayan, perdió la vida semanas después en el hospital por las graves quemaduras que le infligió Rajini, quien le echó licor a la zona de los genitales antes de lanzarle una cerilla.

"Él era mi héroe, el hombre de mi vida, el amor de vida (...) Iba a purificarle el pene, dejarle una marca que siempre se quedara conmigo, para que siempre fuera mío", declaró ante un tribunal de Adelaida la mujer, madre de tres hijos.

Previamente, Rajini Narayan había declarado: "Soy una mujer muy celosa, su pene me pertenece. Sólo quise quemarle el pene para que fuera mío y de nadie más." Tras este testimonio, el juicio quedó visto para sentencia.