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La semana negra de Tony Leblanc

El veterano actor ha superado una operación de cadera tras sufrir un aparatoso accidente en su casa mientras su mujer se recupera de un cáncer de médula

Tony Leblanc
Tony Leblanclarazon

Vive entre la alegría y la desgracia. Días antes de que a Isabel, su esposa, le dijeran que ha mejorado muchísimo de ese cáncer de médula que le descubrieron a finales del 2011, Tony Leblanc sufría un aparatoso accidente en su casa y se rompía la cadera.

El lunes 30 de julio, a las ocho de la tarde, entraba en el quirófano para ser operado, y salía sobre las diez de la noche. Isabel estuvo toda la tarde en la clínica Quirón de Pozuelo de Alarcón, donde está ingresado su marido, y no se fue a casa hasta tener constancia de que todo había salido bien.

Su hijo mayor, Tony Jr., contaba el día siguiente, por la mañana, a LA RAZÓN que «el resultado de la intervención quirúrgica ha sido muy satisfactorio. De momento, mantienen a mi padre en la UVI por precaución coronaria, porque ya sabes que padece del corazón, pero las expectativas son muy positivas. Esperamos que en unos días le den el alta y pueda irse a casa». En principio, el próximo viernes.

Tony, que cumplió 90 años el pasado siete de mayo, es un hombre fuerte, su edad mental no refleja la que figura en su carnet de identidad. Hace apenas mes y medio el veterano actor me confesaba, emocionado, que «daría la vida por seguir viviendo», y hablaba de su amada Isabel (80 años de edad y sesenta de ellos al lado de su marido), de la mujer de su vida, con palabras llenas de cariño y devoción: «Isabel es una mujer muy valiente, tiene mucho coraje, y está luchando contra el cáncer con todas sus fuerzas. Aunque la quimio es muy dura, ella la afronta con fortaleza y un gran ánimo. Y yo no me puedo morir porque tengo que cuidarla».
Esta misma semana, Tony, horas antes de entrar en el quirófano, se mostraba esperanzado de que todo iba a salir bien (como así ha sido): «Yo sufro más por lo que le pueda ocurrir a mi mujer que por lo mío. No sabría vivir sin Isabel…».

–¿Qué te ha ocurrido?
–Que me caí por las escaleras. Tropecé con la perrita, y por no pisarla, me vine abajo y me rompí la cadera. Y no quedaba más remedio que operar. La cosa se ha retrasado unos días porque, como tomo Sintrón, y he tenido una pequeña infección, los médicos no han querido intervenirme hasta estar seguros de que no había problemas. La verdad es que estoy jorobado… Pero he salido de otras peores.

–Menos mal que Isabel se encuentra mejor de su cáncer.
–Estoy contentísimo, es la mejor noticia que he recibido. Ya sabes que tiene un cáncer de médula, pero los índices tumorales han bajado del sesenta al uno y pico. Lo que es la vida, yo, aquí, en el hospital, y sin poder celebrar con mi mujer en nuestra casa su mejoría.Es injusto.
Isabel se muestra eufórica ante los resultados de las últimas pruebas que le han hecho: «Me siento fenomenal, muy feliz por esos resultados. Era una enfermedad muy grave, tenía entre el sesenta y el setenta por ciento de índices tumorales, y se ha quedado en el uno por ciento. Es increíble, un milagro…».

–Ahora, a volcarse con Tony, que está en el hospital.
–Claro. Se rompió la cadera días antes de que yo supiera mis resultados. Tiene una fractura, pero gracias a Dios no es un tema muy delicado. Y la operación ha salido muy bien. Confío en que, en unos días, pueda venirse conmigo a casa.

–Sé que al enterarse de tu mejoría se puso a dar gritos de alegría.
–Sí, pobrecito. Ha sufrido muchísimo con mi enfermedad… Y cualquier buena noticia nos alegra mucho a todos. Nuestra familia está muy unida. Tengo mucho ánimo y sé que todo va salir bien, que me voy a curar totalmente. Gracias por llamar, sabes que te queremos mucho y que eres como de la familia.


Dos vidas en una
No sabrían vivir el uno sin el otro. Y son un ejemplo de pareja que lo comparte todo. Cómo será que hace unos años recibieron la Medalla de Oro de los Amantes de Teruel. Hijo único, su matrimonio ha sido mucho más prolífico: «Tengo ocho hijos». Pero el mayor regalo que le ha dado la vida ha sido su mujer, con la que lleva 59 años casado: «El matrimonio más largo de un actor en España», asegura con orgullo. «Con Isabel me tocó el gordo de la lotería; no es que viva por mí, es que vive para mí», confiesa satisfecho.