Finalmente

Aprecio demasiado mi sistema digestivo como para dejarlo entrar en una hamburguesería. En líneas generales se supone que los rockeros debemos adorar las hamburguesas, los perritos calientes, la cerveza y la coca-cola, pero a mí lo que me gusta es el vino, el whiskey, el champagne, el armagnac, el café turco y los platos cuidadosamente cocinados. Quizá por eso hay en ese mundillo quién me llama hedonista y hasta pedante pero lo cierto es que nunca he entendido esa austeridad de carne picada y levadura de cerveza de mis camaradas rockeros. Es como si comer bien les pareciera afeminado.Finalmente, eso sí, quién ha conseguido que entre en un burguer pese a todos los reparos que les cuento ha sido mi hijo de nueve años. Y nada menos que para conseguirle la bufanda de Manolo el del bombo. Ya ven ustedes: a mi edad y con mi biografía. Ahora bien, me ha sido imposible negarme tras presenciar la obra de arte táctica de esos once jugadores que con orden, técnica y talento han puesto firmes primero a media Europa y, ahora, poco a poco, a medio mundo. Finalmente, el equipo español está en una final del mundial. Finalmente, los complejos que empezó a derrumbar Torres están cayendo de una manera definitiva. El país que salió desgarrado de una guerra fratricida se pone finalmente en la cima del deporte rey usando táctica, arte y cabeza. Tras esa demostración de unión entre los Puyoles, Casillas, Villas, Xavis e Iniestas ya no sirven ni nacionalismos, ni derechas o izquierdas, ni nada. Se gana usando el orden, el trabajo y el buen hacer mientras el anglosajón es quién usa ahora la trapacería y encima pierde. ¿Será definitivo? El suspense es tremendo. Yo creo que hoy, hasta los que no gustan del futbol estarán ante el televisor sólo por ver qué pasa finalmente.