«El bizco» prometió ajustar cuentas con el dueño del club

Madrid- Mariano, el dueño del club de alterne Tabarín, situado a la entrada del municipio extremeño de Don Benito, el sábado se fue pronto a casa. Quería cenar con su familia. Dejó a su cuñado, que trabaja como camarero, al frente del negocio. Parecía una noche tranquila hasta que, alrededor de las diez y media, apareció «El bizco», como le conocen en Don Benito, acompañado por otro hombre. El mismo al que ahora busca la Policía por matar a tres personas.
Como explica el responsable de uno de los establecimientos cercanos donde cada mañana desayuna el propietario del Tabarín, «iba a por el dueño, quería ajustar cuentas con él». De acuerdo con los comentarios que circulan entre los vecinos, el supuesto agresor intentó entrar y tras la negativa del camarero fue al coche a buscar su escopeta. Disparó al encargado en el pasillo de entrada al local y a dos clientes fuera del establecimiento. Los últimos residían en el centro para drogodependientes «La paz es posible», que se encuentra en el mismo recinto que el local de alterne, «pero en unas dependencias lógicamente aparte», explicó ayer el delegado del Gobierno en Extremadura, Alejandro Ramírez del Molino. «La investigación continúa abierta y no hay nada descartado», precisó. Tanto el presunto asesino como su acompañante tienen antecedentes policiales, pero los agentes, al cierre de esta edición, sólo habían detenido al segundo. «El bizco» aún permanece en libertad.
No es la primera vez que el prófugo, cuya edad supera los 40 años, se mete en problemas. «El pueblo le evita y a sus hermanos también. Son muy polémicos», mantiene el propietario de Stop. «Son cinco hermanos –prosigue– y tres de ellos ya han pisado la cárcel. Hace menos de un mes que salió de la prisión de Badajoz. Siempre ha estado metido en asuntos de drogas».
Aunque el Ayuntamiento de Don Benito no ha notificado si se realizará algún acto oficial, su alcalde, Mariano Gallego, ha mostrado su «tristeza» por estos hechos que, según declaró a Efe, «vienen ocurriendo por desgracia en los últimos tiempos». Un sentimiento que coincide con la de otros vecinos del municipio de 34.000 habitantes. «Hace un par de años se produjo un suceso parecido en otro local. Pero creo que en esa ocasión el problema era el tráfico de chicas», explica el encargado del restaurante Veracruz. Y es que este tipo de establecimientos se han instalado en los alrededores de Don Benito. «Hace 20 años el Tabarín era uno de los restaurantes más populares del pueblo para ir a comer los domingos con la familia. El dueño actual quería hacer una discoteca de verano pero no consiguió los permisos», explica una vecina.

Por un error de edición, sustituímos la anterior noticia, ya que el nombre de uno los establecimientos citados no era correcto. El dueño del bar Stop no realizó ninguna declaración a LA RAZÓN.