Más Europa y otra Europa por César Lumbreras

«Es hora de dar un paso en la integración europea». Son palabras del ministro alemán de Finanzas, pronunciadas pocas horas antes de que se celebre en Bruselas, hoy y mañana, una nueva Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, para buscar soluciones a la crisis económica, y también política, actual. Añadió que es necesario un «supercomisario europeo» para presupuesto o «comisario monetario», y que se deben dar más pasos en la dirección de la unión fiscal. Dicho de otra manera: más poder para Bruselas, entendiendo como tal a la Comisión Europea, primero, y al resto de instituciones comunitarias, después. Se trataría de una nueva cesión de competencias por parte de los estados miembros, continuando así la concentración de poder en una organización supraestatal o supranacional. Eso, por un lado. Mientras tanto, por el otro, durante los últimos tiempos estamos asistiendo a una serie de movimientos que parecen ir en sentido contrario. Por citar sólo tres, los episodios más recientes, aunque los problemas vienen de lejos, son de esta misma semana y han estado protagonizados por Escocia en el Reino Unido; también por los flamencos en Bélgica, así como por el lío de Cataluña en España, que se ha agudizado desde el pasado verano, tras las declaraciones e iniciativas de Artur Mas orientadas a la secesión y la independencia. En resumen, que mientras unas fuerzas nos llevan a hacer «más Europa» para salir de la crisis, hay otras empeñadas en que ciertas regiones integradas actualmente en algunos estados miembros se salgan de los mismos. ¿Cómo se «come» todo esto? A mí me resulta muy difícil de entender, pero la realidad es tozuda y está ahí: «Más Europa» frente a «otra Europa».