El personaje de la semana: Amancio Ortega

Hace años decíamos que lo de las dos Españas era un mito, porque si hubiera otra ya nos habríamos ido todos a ella. Lo que hoy se comenta es que en España ya no cabe un tonto más, porque si entra uno nuevo nos desbordamos sobre los mares. No es cierto. Eso vale para los encumbrados, pero el país produce gentes de excepción. Sin ruido, discretamente, sin discursos ni las fotografías de las que siempre huyó, se ha jubilado como presidente de Inditex Amancio Ortega, dejando las riendas a su primer ejecutivo y ajeno a la familia. Es el más rico de España y reestructuró Zara cuando la crisis sólo era una brisa. Su primera mujer cosía en casa las batas de «boatiné» mientras él era comercial en Galicia. Cuando se divorciaron no hubo una palabra más alta que otra y repartieron su patrimonio. Trabaja en uno de sus talleres y almuerza en el comedor de empleados entrando antes en la cocina para robar una patata frita. Negocia en todo el mundo y vende hasta a los chinos. Excelencia, trabajo, modestia, horror al despido y al endeudamiento financiero. El Gobierno debería llamarle a consultas ahora que tiene tiempo.