Crítica de libros

La mamuchi de Usabiaga

La Razón
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Uno de los grandes misterios de la política contemporánea es la mama de Usabiaga. Garzón permitió que saliera de la cárcel para cuidar a mamuchi, pero el antiguo líder del sindicato batasuno no es lo que se dice un hijo ejemplar. El tiempo ha demostrado que fue una excusa para librarse del hotel rejas, porque la señora goza de buena salud. Desde ayer sabemos que los cuidados del avezado batasuno se dirigen a algo más mundano como es participar en el nacimiento del nuevo engendro del mundo etarra. Con aire enfurruñado estaba en las primeras filas. Hay que reconocer que los proetarras tienen cara de amargados. No se si el radicalismo es resultado de su fealdad o es el camino que eligieron tras mirarse al espejo. Es una duda que me intriga. No sólo son feos en su interior sino en su exterior. No se si se lavan, la verdad es que no me importa, pero tienen un aire inequívocamente sucios. No parecen vascos. No hay duda de que son un eslabón perdido, porque los vascos, como mi vecino de columna, son elegantes.