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Queridos Reyes Magos este año quiero
Las luces, la música y el color fueron los protagonistas en la noche mágica de ayer, donde los niños esperaban impacientes la llegada de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Las calles de Madrid estaban abarrotadas por los más pequeños y la lluvia de la capital no fue excusa para no salir a la calle y contemplar las carrozas que inundaban las céntricas calles de Madrid
Miles de niños esperaron durante horas con sus padres para presenciar la Cabalgata de Reyes en Madrid que empezó a las 18:30, y donde un total de 31 carrozas salieron a las calles del centro de la capital. La cabalgata partía de Nuevos Ministerios y discurrió por la plaza del Doctor Marañón, glorieta de Emilio Castelar, plaza de Colón, paseo de Recoletos y Plaza de Cibeles.
Pero Melchor, Gaspar y Baltasar no fueron los únicos protagonistas de la Cabalgata de 2011. Las carrozas, los personajes de cuentos, los elfos, las hadas... y lo más importante los caramelos. Los Lunnis, Bob Esponja, Dora la Exploradora, Los Pitufos y Pocoyó fueron algunos de los personajes que no quisieron faltar. Las caras de los niños no tenían precio, llevaban 365 días esperando la noche más mágica y larga del año. Por eso, paraguas y bolsas en mano, ocuparon las primeras filas para coger la máxima cantidad de caramelos, acompañados de sus padres que por un día se convirtieron en niños para llenar las bolsas y los bolsillos. Los pajes acompañaron a los reyes para que los caramelos llegaran a todos los rincones de Madrid. La comitiva iba presidida por dos esferas de seis y nueve metros de diámetro, que rodaban por la calle gracias a dos bailarinas que iban en su interior. Sobre ellas volaban tres gaviotas de diez metros de envergadura que representaban la importancia de perseguir los sueños y no dejarlos escapar. La música no podía faltar y fue protagonista durante todo el recorrido, de la mano de los 60 músicos invitados de la banda de la University of Lousianna Layafette y los 125 integrantes de la banda Apalachian State University of North Carolina, que trajeron los sonidos y la alegría de la música universitaria estadounidense. Este año, la Comitiva Real estuvo precedida por un gran paje de más de nueve metros de alto. A continuación, como siempre, la carroza del Rey Melchor, decorada con motivos de nubes y corazones y un séquito de 33 pajes, al igual que la de Baltasar, que cerraba el desfile. El Rey Gaspar contó con 34 ayudantes y su carroza era una gran estrella. Pero sin duda los Reyes fueron los más esperados de la noche. Fue Melchor el encargado de dar el discurso Real en la Plaza de Cibeles. Pidió a los niños que hicieran realidad sus sueños con la ayuda de los mayores, a los que estaba dedicada la Cabalgata de 2011.
Baltasar se bajó de la carroza para pedir a los niños que se acostaran pronto para poder visitar todas las casas del mundo. Tras despedirse de todos los asistentes, Melchor, Gaspar y Baltasar comenzaban su trabajo durante toda la noche: entrar en la casa de todos los niños y dejar los regalos que les habían pedido. Eso sí, sólo a los que hubieran sido buenos en 2010. A los más traviesos sólo les llevarían carbón.
Un día para la solidaridad
- La Fundación Madrina adelantó la llegada de los Reyes Magos y entregaron los regalos a los más de 500 niños de familias necesitadas. La mayoría son hijos de madres adolescentes que han recibido atención y apoyo de la Fundación Madrina durante el año 2010. Los más pequeños recibieron con mucha ilusión y alegría a Melchor, Gaspar y Baltasar que lograron que ningún niño se quede sin un juguete en este día tan especial. La Fundación trabaja en el ámbito de la mujer, maternidad e infancia, ayudando a adolescentes embarazadas en situación de riesgo.
- Aldeas Infantiles SOS repartió ayer más de 4.000 raciones de su tradicional Roscón de Reyes, acompañadas de chocolate caliente. El lugar, la Puerta del Sol, donde los ciudadanos colaboraron con la aportación de donativos voluntarios destinados a apoyar la labor de ayuda a la infancia. Esta organización inició la tradicional degustación en 1989 y, tras más de dos décadas, niños y mayores han acudido a la llamada.
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