Alcohol

Cruzada antibotellón

Las multas por beber en la calle
Las multas por beber en la callelarazon

MADRID- El Ayuntamiento de la capital no está dando tregua a los amantes del botellón y, desde hace varios años, está cercando, poco a poco, esta actividad tan molesta para los vecinos. La última medida puesta en marcha contra los «botelloneros» ya ha comenzado a dar sus frutos; en lo que va de año se han impuesto 571 sanciones por el follón que arman quienes beben alcohol en la vía pública.

La nueva Ordenanza de Protección Acústica, que presentó hace un año la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, y que entró en vigor el pasado mes de marzo, contempla multas por el ruido que provoca el botellón. Así, quienes fuesen expedientados por la Policía Municipal por consumo de alcohol en la calle, llevarían pareja la sanción por infracción acústica, que supone una multa de hasta 750 euros.

 Según explicaron fuentes del área de Medio Ambiente, desde abril se han tramitado una media de 80 expedientes sancionadores por ruido al mes con 300 euros de multa cada uno de ellos. También a partir de abril, en caso de que la sanción se imponga a un menor de edad, sus padres son responsables subsidiarios y tendrán que hacerse cargo del pago de la multa correspondiente.

Desde Medio Ambiente recuerdan que «en este momento se tramitan el cien por cien de las actas policiales derivadas de las molestias acústicas que el botellón genera sobre los vecinos», es decir, que se acabó que las multas no lleguen a casa. Esto es posible gracias a que la Comunidad permitió que los ayuntamientos gestionasen directamente las infracciones que se cometan en sus municipios para agilizar los trámites.

También por ensuciar
Pero esta no es la única sanción que se ha añadido a la infracción de beber alcohol en la calle. En 2009, de nuevo el área que dirige Ana Botella endureció las multas por una de las consecuencias más desagradables del botellón: la suciedad. La Ordenanza de Limpieza de Espacios Públicos y Gestión de Residuos incrementó a 200 euros las sanciones económicas por dejar los restos de la juerga en las aceras de la capital, y hasta 400 euros en caso de que la suciedad estropease una zona verde. Asimismo, se está estudiando el protocolo para que quienes cometan infracciones por ensuciar «paguen» su multa recogiendo la basura de los «botelloneros». Actualmente los sancionados por pintar grafitis pueden repintar las paredes estropeadas por los spray en lugar de pagar.

El esfuerzo del Ayuntamiento de Madrid por acabar con esta actividad tan molesta para los vecinos que la sufren se ha traducido a su vez en una escalada inédita de las actas abiertas por la Policía Municipal. De seguir la progresión del primer semestre de este año, en 2011 en que se doblará el número de expedientes por consumo de alcohol. Sólo hasta junio se abrieron 51.009 actas, frente a las 53.623 de todo 2009 –y cinco veces más que el primer semestre de 2010–, que es el año que mantiene el récord hasta ahora.

Y cada uno de estos expedientes tiene aparejada una sanción por ruido y, si no han tirado los restos a los contenedores, otra más por dejar basura en la vía pública. Según la media, cada «botellonero» tendrá que pagar 800 euros por: beber alcohol en la calle, hacer ruido y por ensuciar.

 

El cerco

Ley antibotellón
En 2002 se aprobó la conocida como ley antibotellón por la que se prohibió el consumo de alcohol en la calle, excepto en terrazas y fiestas patronales.

Limpieza urbana
La Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y de Gestión de Residuos de 2009 endurece las sanciones para quienes ensucien por culpa del botellón.

Endurecimiento
El 1 de enero entró en vigor la modificación de la ley antibotellón que obliga los padres a asumir las multas de sus hijos menores de edad por beber en la calle.

Veto a la venta
La modificación de la ley antibotellón también permite «vetar» la venta de alcohol a las tiendas de conveniencia en las zonas de botellón.

Contra el ruido
Desde el 15 de marzo, la Ordenanza de Protección Acústica contempla sanciones por el ruido que provocan los «botelloneros» a los vecinos.