Nueva York
Mena director todoterreno
Titular de la BBC Philharmonic, estará en las semifinales del concurso de Piano de Santander
Entre un vuelo y otro, y un concierto y otro, y un viaje y otro, Juanjo Mena (Vitoria, 1965) ensaya ya en Santander, donde hoy dirigirá a la Orquesta Real Filharmonía de Galicia en la semifinal del Concurso de Piano de Santander a la que han llegado seis pianistas: Benedek Horváth y János Palojtay, de Hungría; Daniele Rinaldo, de Italia; Samson Tsoy y Ah Ruem Ahn, de la República de Corea, y Tamar Beraia, de Georgia. Confiesa «que es un placer estar allí, «y con Mozart, el disfrute se multiplica por dos. Esta formación posee, además, muy buen nivel y realiza un trabajo estupendo. Estoy expectante por conocer a los jóvenes», dice poco antes de llegar a Cantabria. No le es ajena la prueba, pues hace cuatro años ya pisó el campo de batalla: «Los jóvenes mantienen una actitud muy respetuosa, buscan y te preguntan con los ojos, sin necesidad de hacerlo con palabras. Se ve los que apuntan maneras y tienen ideas e intentas que lleguen a buen puerto». Mozart reinará en el programa, lo que le añade una dificultad: «Nos acercamos a él a través de la nturalidad. Te encuentras con algunos chicos cuyo planteamiento es tan limpio que impresiona. El nivel es alto. Yo diferencio entre dos grupos, los jóvenes muy virtuosos y capacitados y los que son músicos y artistas al tiempo», comenta. Mena, uno de nuestros directores más notables, se ha formado en España, algo de lo que se siente orgulloso: «No soy un producto de una escuela extranjera y tengo mucho que agradecer a maestros como Bernaola, a los profesores del Conservatorio de Vitoria, a García Asensio, que me enseñó las bases de la dirección. Ésta es una profesión de largo recorrido», dice y en ese periplo intenso de fondo, confiesa el batuta la soledad, «que es terriblemente dura, aunque sea necesaria». Tan dura como estar lejos de su familia «porque, por ejemplo, con los hijos te pierdes tantas cosas». Por eso, cuando viaja con ellos les deja el mando para que decidan quién y qué se escucha. Y en vacaciones lee a Larsson. Y libros de música, de maestros y compositores.
Cuando le dicen que está entre los grandes, Mena da un respingo: «Me asusto cuando me hacen ese tipo de comentarios porque considero que los mejores veinte o treinta años están por venir. Me queda aún», asegura sin darle importancia al hecho de que las mejores orquestas se lo disputen y que se haya convertido en el nuevo titular de la BBC Philarmonic.
Falla en la Zarzuela
En breve, el día 7, estará en los Proms. Y después se tomará unas vacaciones. Con el comienzo del curso le esperan el Teatro de la Zarzuela, con un programa de apertura de Falla con «El amor brujo» y «Vida breve» que le hace especial ilusión. Además, se le nota feliz por poder volver a importantes orquestas como las de Berlín Los Ángeles, Chicago y, muy posiblemente, Nueva York, a las que dirigirá de nuevo.
Considera a Celibidache uno de los grandes: «Después de él no he encontrado otro perfil así. Aprendí muy bien la lección que me dio, cuando me decía: ‘‘Tienes que ser tú mismo, no puedes engañar''. Me llamó poderosamente la atención», señala. Y si le preguntamos por un director en plena actividad señala a Mariss Janssons, como espejo en el que mirarse.
La Nacional, fuera de foco
No entra en los planes de Mena ocupar el podio que ha dejado vacante Josep Pons (en la imagen) al frente de la Orquesta Nacional de España «porque mi momento personal es bastante complicado. Tengo muchísimo trabajo con la BBC Philharmonic. He tenido que rechazar ofertas que he recibido porque me era imposible aceptar. Necesito tiempo para estudiar y he de sacarlo de algún sitio», asegura, aunque deja escapar
al final de la conversación: «Uno siempre está abierto».
✕
Accede a tu cuenta para comentar