Castilla y León

Los agricultores insisten «sin precios justos no habrá futuro para el campo»

Llegar a acuerdos con las principales industrias agrícolas y ganaderas para fijar unos precios mínimos y actuar ya sobre la cadena de distribución. Éstas son las dos principales reivindicaciones de los agricultores y ganaderos de nuestra Comunidad para salir adelante y ver el futuro con más esperanza.

Un agricutor de Valladolid prepara su tractor para fumigar sus tierras sembradas de patatas
Un agricutor de Valladolid prepara su tractor para fumigar sus tierras sembradas de patataslarazon

El campo está perdiendo efectivos año tras año y especialmente en los dos últimos debido a la crisis económica, donde se han perdido cerca de cinco mil campesinos. Asimismo, las organizaciones agrarias advierten también de que muchas explotaciones ganaderas tampoco tienen continuidad cuando el titular de la misma se jubila y que más de la mitad de las personas que se dedican al campo tienen 55 o más años. Por este motivo, los agricultores lo tienen claro: «o se fijan unos precios mínimos que puedan garantizar la rentabilidad de las explotaciones existentes, o el campo no tendrá futuro, porque los jóvenes no querrán apostar por un sector sin perspectivas». Al respecto, avisan de que cada año se jubilan entre 2.500 y 3.000 agricultores mientras que sólo se incorporan quinientos jóvenes. «De seguir en esta proporción, dentro de diez años habrá en la Comunidad 30.000 agricultores, de los cuáles cinco mil serían jóvenes, lo que supondría un 40 por ciento menos de campesinos que los que hay en la actualidad».

Además, insisten en que hay que actuar cuanto antes sobre la cadena de distribución para poder frenar la «sangría» de agricultores y piden a las administraciones que apuesten «de verdad» por este sector. En este sentido, lamentan que a los políticos se les llena la boca hablando de la importancia de este sector, que califican de estratégico, para, por ejemplo, fijar población en el medio rural, «pero luego no se producen avances».

Por todo ello, los agricultores claman contra la Unión Europa, el Gobierno de España y la Junta de Castilla y León, a los que piden «hechos y menos palabras» a la hora de asegurar la rentabilidad de un sector que está agonizando, y al que si no se le inyecta savia nueva está abocado a su desaparición en España, en general, y en Castilla y León, en particular.