Hipocresía

Todo el mundo tiene derecho a escandalizarse por lo sucedido en las aguas internacionales cercanas a Gaza, cuando una flotilla quiso romper el bloqueo israelí. Unos criticarán al Ejército israelí porque valorarán que se ha excedido con los cooperantes y otros censurarán a éstos porque estarán convencidos de que las 700 personas que iban a bordo eran activistas disfrazados de miembros de ayuda humanitaria. Pero más allá de que cada quién pueda defender su punto de vista, lo cierto es que existe una enorme hipocresía en torno al conflicto entre Palestina e Israel.

Pongamos como ejemplo al «progresista» Gobierno de España. Desde su posicionamiento político ha puesto el grito en el cielo ante lo que califica de agresión desmedida protagonizada por un Estado al que se le está yendo la mano a la hora de reprimir a su sempiterno enemigo, que cuenta con menos posibilidades de defenderse.Pero cabe hacer una pregunta: ¿Tiene legitimidad moral el Ejecutivo para hacer una crítica tan severa? Muchas personas califican su postura de cínica desde el momento en que nuestro país vende armas a Israel. Es decir, con una mano exporta pacifismo y Alianza de Civilizaciones y con la otra recoge dinero por comerciar con armamento para guerrear y no para predicar la paz.