Alimentación

Adiós a los bollos y las golosinas en el colegio

El Congreso da luz verde a la Ley de Seguridad Alimentaria para tratar de combatir la obesidad

El Congreso aprueba la nueva Ley de Seguridad Alimentaria
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Los bollos, golosinas o refrescos en los centros educativos tienen los días contados. Los días en que los niños salían al recreo con una bolsa de «chuches» o un bollycao llegarán pronto a su fin, o eso es al menos lo que pretende el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad con la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición a la que el Congreso de los Diputados dio ayer el visto bueno. La Comisión de Sanidad aprobó un proyecto de ley que prohibirá la venta de aquellos alimentos y bebidas que no cumplan unos determinados perfiles nutricionales en colegios, institutos y escuelas infantiles. De esta manera, no se permitirá la venta de productos con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans –se encuentran principalmente en alimentos de carácter industrial–, sal y azúcares.

No obstante, el texto aprobado ayer no especifica los límites de dichas sustancias, por lo que, de momento, se desconoce exactamente el alcance de la prohibición, si bien es casi seguro que tendrá en su punto de mira en productos como bollos, aperitivos, refrescos, golosinas, chocolates o helados, todos ellos considerados como poco saludables si se consumen en exceso.

El objetivo final de esta norma es luchar contra los elevados niveles de obesidad y sobrepeso de la población española. Los datos son aún más preocupantes en el caso de los menores de 18 años, donde la tasa de sobrepeso alcanza el treinta por ciento. La alta incidencia de este problema conlleva un importante desembolso para la sanidad pública que, según afirmó ayer el diputado del PSOE, Alberto Fidalgo, representa el siete por ciento del gasto sanitario total.
Información para los padres

La ley limita también el consumo de los llamados «alimentos malos» en los menús escolares, de donde desaparecerán para dejar paso a una alimentación más equilibrada y saludable. Asimismo, los centros escolares tendrán la obligación de proporcionar a las familias la programación mensual de los menús, con información detallada sobre los mismos, de forma que la cena sea complementaria con el menú del mediodía. En este punto, el Grupo Popular apostaba por incluir el aporte nutricional para ayudar a que la compaginación de otras comidas resultase lo más sencilla posible, según afirma Belén do Campo, diputada del PP, pero la enmienda finalmente no logró salir adelante.

No obstante, el elemento más controvertido de la ley reside en la prohibición de determinados alimentos, hecho que no es visto con buenos ojos desde el PP. «El PSOE está convencido de que legislando se cambian las conductas, no hacen más que prohibir y prohibir», señala Ángel Pintado, diputado popular y ponente principal. «Restringes en la escuela, pero luego tomarán esos productos por su cuenta, por lo que el mejor camino es la formación. Queremos una ciudadanía responsable, pero libre», afirma.

La nueva norma, que previsiblemente podría entrar en vigor antes de verano –pasará ahora al Senado para continuar con su tramitación parlamentaria–, establece también que los responsables de supervisar los menús escolares deberán ser profesionales acreditados en las áreas de nutrición y dietética, de tal forma que la oferta alimentaria sea variada y adecuada a las necesidades nutricionales de los escolares.

Respecto a la publicidad de estos «alimentos malos», la ley señala que los colegios serán espacios libres de este tipo de publicidad, salvo en aquellos casos en que las autoridades escolares y sanitarias lo estimen conveniente. Fuera del ámbito escolar, la vía elegida ha sido la autorregulación, en aras de establecer códigos de conducta que regulen la publicidad de alimentos y bebidas destinados a menores de quince años.

La ley tratará de impedir aquellas conductas que puedan resultar discriminatorias para quienes padezcan obesidad. Con esta finalidad se creará el Observatorio de la Nutrición y el estudio de la Obesidad.

Para el PP se trata de un «gasto innecesario», pues esa función ya la viene realizando la Agencia Española se Seguridad Alimentaria y Nutrición.


INDULTADOS
- Los productos lácteos: quesos con bajo contenido en grasas, leche y helados.
- Las aguas envasadas y los zumos sin azúcares añadidos serán los principales sustitutos de los refrescos azucarados.
- Los frutos secos no deben ser fritos ni tostados.
CONDENADOS
- Las grasas trans son las más perseguidas por la ley, así que en los colegios desaparecerán las galletitas saladas, las patatas fritas y los bollos.
- Las «chuches» salen muy perjudicadas con la nueva norma por su alto contenido en azúcares, así como los refrescos que perderán su distribución en las escuelas.