Estreno

CRÍTICA DE CINE/ «El ilusionista Lillusionniste»: Los magos sí existen

Dirección: Sylvaine Chomet. Guión: Jacques Tati y Sylvain Chomet. Música: Sylvain Chomet. Gran Bretaña-Francia, 2010 Duración: 80 minutos. Animación

«El ilusionista. L'illusionniste»: Los magos sí existen
«El ilusionista. L'illusionniste»: Los magos sí existenlarazon

Jacques Tati escribió el guión de «El ilusionista» como una carta de amor dedicada a su hija adolescente Sophie, de la que se había distanciado. Cuando, décadas más tarde, la única heredera del legado artístico del director de «Playtime» vio algunas escenas de «Bienvenidos a Belleville», encontró en Sylvaine Chomet el cineasta perfecto para trasladar a la pantalla uno de los tantos proyectos inacabados de su padre. Lejos de sus catedrales del «slapstick» elusivo, prodigios hechos a mayor gloria de la experimentación con la profundidad de campo y el uso del sonido, «El ilusionista» proyecta una versión de Tati que poco tiene que ver con el señor Hulot. Demuestra, en fin, que en Tati había un Chaplin con ganas de salir a la luz.

De porte desgarbado y apellido aristocrático, el ilusionista de Chomet es un eterno secundario, un mago que pasea sus trucos para plateas semivacías, condenado a actuar de telonero de todos aquellos que tienen la suerte de coleccionar aplausos. La película es un sentido homenaje a los héroes del music-hall, a los artesanos de una magia íntima que se ha pateado escenarios inmundos sin levantar la voz. Es, también, la historia de amor callado entre una figura paterna y una niña que se abre a la vida. Como en el mejor cine mudo –«El chico», «Luces de la ciudad»–, «El ilusionista» busca su expresividad en la dinámica del gesto. La animación de línea clara de Chomet privilegia la elegancia y la transparencia del trazo y la paleta que pinta este universo impregnado de melancolía no hace sino resaltar la delicadeza de una relación paternofilial con fecha de caducidad. Tatischeff le deja una nota a su hija adoptiva que reza: «Los magos no existen». Ni Chomet ni Tati se creen semejante trola.