Barcelona

CiU y ERC ensayan en el debate un frente nacionalista tras el 28-N

Los estudios de Televisió de Catalunya fueron ayer el escenario de lo que podrían ser los preliminares de una alianza entre CiU y ERC después de las elecciones del 28 de noviembre. Joan Puigcercós acudió al debate entre los seis candidatos a la presidencia de la Generalitat con «una propuesta formal» para Artur Mas. «Le haré una propuesta formal y de país: ir juntos para proponer el concierto económico en Madrid, y, si las puertas se cierran, comprométase a hacer un referéndum», le desafió.

Los candidatos hicieron anoche el único debate a seis de la campaña
Los candidatos hicieron anoche el único debate a seis de la campañalarazon

Puigcercós, sentado a la derecha de Mas en la mesa moderada por Josep Cuní, requirió un sí o no, pero no lo halló. «Mire, yo celebro que planteen el concierto porque creo que es una propuesta que está en la buena línea», dijo. Ahora bien, el líder de CiU expresó sus recelos sobre la celebración de una consulta soberanista, condición que pone ERC para un pacto. «¿Usted está dispuesto a hacer un referéndum para perderlo?, ¿de verdad?», se preguntó Mas, quien apostó por no impulsar este referéndum hasta que se tenga la garantía de ganarlo.

Acabado el ensayo del frente nacionalista, terciaron el resto de adversarios. La candidata del PP, Alicia Sánchez-Camacho, concluyó: «He visto que ya están de acuerdo en iniciar el concierto». El líder del PSC, José Montilla, se desamarcó por completo de una alianza por un pacto fiscal al estilo vasco. «No avalamos aventuras: ni ésta ni el referéndum. Lo que toca es defender el Estatut que aprobó el pueblo de Cataluña». Y el candidato de Ciutadans, Albert Rivera, irritado, se preguntó: «¿Pero por qué no podemos gobernar con lo que tenemos?».

Concluido el asunto, el equipo de campaña de ERC se apresuró a enviar el siguiente mensaje a los periodistas: «Mas prefiere entenderse con el PP. Mas ha evitado contestarle, como siempre». A quien sí respondió Mas en el turno de cierre fue a Montilla, que le exigió abiertamente que dijera que no pactará con el PP. El president no logró esta frase por boca de Mas, que sí le pidió que apoye la investidura del candidato de la lista más votada.

El debate a seis, sin embargo, se inició con las recetas de los candidatos sobre la crisis. Mas consideró que «hacen falta cambios de gobierno que generen confianza y no creen confusión permanente»; Sánchez-Camacho abogó por bajar impuestos y reformar el sistema de ocupación; Puigcercós por hacer una administración más eficiente y tutelar las infraestructuras; Montilla por no dejar atrás a nadie en la salida de la crisis; Herrera por crear empleos con la economía verde; y Rivera por eliminar gastos superfluos de la administración catalana.

El catalán abre grietas

Los ánimos encendieron en el bloque dedicado a la lengua. Un apartado que abrió la líder del PP, apostando por extender «la convivencia de catalán y castellano en la calle a la realidad de la administración y a las escuelas». Estos postulados fueron aplaudidos por Rivera, que fue el primero en usar el castellano. «Hagan el favor de dejar de dividir la sociedad por la lengua, aquí no hay ningún problema», respondió Mas. La candidata del PP prometió erradicar las «multas lingüísticas».