De Guinness por Iñaki Zaragüeta

Suma y sigue. El juicio contra el ex presidente valenciano, Francisco Camps, y Ricardo Costa se está convirtiendo en el cuento de nunca acabar. Después de que el viernes pasado el juez Juan Climent decidiese conceder un día de libranza, no sé si por ver la denuncia desde estas páginas, ayer volvió a repetir la faena y, de nuevo, todos de fiesta. El jueves y el lunes sólo sesión matutina. ¡Viva la productividad! Da igual que ello provoque el aumento de gastos, con hoteles, restaurantes, dietas y demás. Ya se han superado sobradamente los 400.000 euros y da la impresión de que se quiera llegar al medio millón, que es un número más redondo.

Lo que está sucediendo en torno a este proceso es de Guinness. Más sesiones que en el de Marta del Castillo, más fiscales que para un etarra con una condena superior a los cien años, más dispendio, diez veces superior a la pena que le pide el fiscal, y todo ello televisado en directo. Alguien se está regodeando con el martirio al que están sometiendo a los dos acusados.

Ante este tipo de situaciones, uno se acuerda de Montesquieu, inventor del Estado de Derecho, «para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder». Lo que no se sabe bien es dónde empieza y termina este círculo vicioso –legislativo, ejecutivo, judicial– para que el poder detenga al poder.

Tengo la sospecha de que Camps y Costa están siendo utilizados para distraer de otros asuntos. Como si tras ellos se aglutinaran intereses ocultos. En cualquier caso, quieran o no, ya queda menos.

Así es la vida.