Comunidad de Madrid
Madrid locomotora de España
La Comunidad Autónoma de Madrid está sufriendo menos la crisis que el resto de las regiones españolas, debido, en gran medida, a sus características sectoriales y, sobre todo, a las oportunidades que ofrece el Gobierno Regional al desarrollo de la empresa privada. En efecto, Madrid destaca en el sector terciario tanto por su importancia como por su dinamismo, siendo un gran generador de empleo. Por esta razón, contribuye con aproximadamente un 70% del PIB autonómico. Este hecho se ha producido gracias al factor capitalidad que, unido a su situación central, ha facilitado las relaciones y los procesos de intercambio tanto a escala nacional como internacional. De este modo, en el año 2008, Madrid fue la autonomía con el Valor Añadido Bruto (VAB) más elevado, por detrás del País Vasco, estando ambas bastante por encima de la media nacional, así como de la media de la UE-27, convirtiéndose en un territorio pujante no sólo en el territorio nacional sino también en la Europa de las regiones. El segundo sector en importancia en Madrid es el industrial, ya que, en lo que respecta a la estructura económica regional, presenta un peso relativo aproximado del 9% sobre el VAB regional total, una participación menor de la que este sector tiene a escala nacional, donde su contribución llega a alcanzar alrededor del 13% del PIB. Pero, como consecuencia de la crisis económica y financiera que vivimos, en dicho sector la producción industrial ha caído de forma significativa con respecto al año anterior.
Respecto al tejido productivo y empresarial de Madrid, éste se localiza de forma diseminada tanto en el interior capitalino como por el resto del territorio autonómico, aunque con clara preferencia por la cercanía a la ciudad y a las grandes vías de comunicación. Otro de los lugares clave, son los municipios con más de 10.000 habitantes, donde existen polígonos industriales con pequeñas empresas de carácter secundario y terciario. También los espacios de borde de las grandes vías orbitales a la ciudad se están convirtiendo en áreas receptoras de actividades empresariales. En la industria madrileña predominan las pequeñas y medianas empresas, ya que más del 60% de las empresas industriales tiene tan sólo entre 1 y 10 empleados, mientras que empresas de producción plástica, alimenticia, confección, artes gráficas, química, metalurgia o material eléctrico son las que cuentan con grandes compañías y con plantillas laborales que exceden los 1.000 empleados. Y eso que, tipológicamente, la industria madrileña está bastante diversificada, teniendo algún tipo de presencia todos los subsectores de actividad, desde los más tradicionales hasta la alta tecnología, aunque predominan el subsector metalúrgico o el químico, entre otros.
El Instituto de Estudios Económicos acaba de publicar un estudio sobre «La economía de Madrid: inversión y prosperidad», editado por el IEE y patrocinado por la Fundación Wellington. En él se analizan los procesos económicos madrileños y su relación con los de ámbitos nacionales e internacionales y las causas que se esconden detrás de las decisiones inversoras, así como el estudio del proceso de internacionalización de la economía española.
El efecto capitalidad y el empleo del español como lengua hacen que las sedes sociales del capital productivo internacional se radiquen en la capital madrileña o en el entorno metropolitano, unido al hecho de ser el centro nodal de las comunicaciones nacionales. Igualmente, el hecho de ser sede de las grandes corporaciones bancarias nacionales ha favorecido el desarrollo del sector servicios, no sólo de los servicios de carácter personal sino también de los empresariales, tanto de firmas con capital mayoritariamente nacional como internacional. Se ha de destacar que, en periodos anteriores, la internacionalización de la empresa madrileña estaba muy ligada a la llegada de capital foráneo, pero, en la actualidad, dicha internacionalización ya no sólo se debe a la llegada de inversión internacional sino también a la proyección de la empresa nacional en el mundo. Son varias las empresas con sede en la autonomía madrileña que aparecen en los ránking de las más importantes corporaciones multinacionales, como el BBVA, el Banco Santander, Telefónica o ACS, entre otras muchas, lo que contribuye a reforzar el peso y la proyección internacional de Madrid en el resto del mundo. Pero no toda la inversión extranjera que llega a España es inversión productiva sino también en cartera, por lo que, entre los años 2001 y 2008, en torno al 63% de la inversión total recibida se correspondió con la clasificación de Nueva Inversión. De este modo, el primer territorio nacional receptor de la inversión internacional es la Comunidad de Madrid. El origen geográfico de esa inversión, desde el año 1987, se ha correspondido fundamentalmente con países del ámbito de la OCDE y el principal destino sectorial de dicha inversión ha sido, y es, el terciario, con especial orientación hacia los subsectores de servicios empresariales, servicios comerciales y todo aquello relacionado con el comercio mayorista y minorista.
De este modo, la inversión extranjera que llega a Madrid y las empresas españolas que salen al exterior, unido al extraordinario incremento de los profesionales y trabajadores extranjeros que han venido a Madrid en los últimos años, demuestra que Madrid tiene la imagen de una economía de oportunidades, además de ser un buen sitio para vivir y con magníficas sugerencias para los negocios y para el turismo cultural y festivo.
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