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Hasta la última gota por José Clemente
Antes de llegar a Murcia escuché una leyenda negra sobre el río Segura a su paso por la capital de la Región, una historia, por no decir una infamia, que hablaba del río más contaminado de Europa incompatible con toda vida acuática, la suciedad era visible desde cualquiera de sus orillas y puentes y, lo más grave, un vivero de dípteros encargados de chupar la sangre a las personas que hacía imposible el uso de sus espléndidas terrazas con el disfrute ciudadano y su aprovechamiento turístico. Bastante tiempo después y al llegar a Murcia hace ahora diez años me llevé una muy agradable sorpresa: el río estaba limpio, sin suciedad alguna entre sus cañaverales y mucho menos hedor molesto, los peces volvían a reproducirse y los mosquitos en La Glorieta, a pleno sol y con 45 grados de temperatura, habían desaparecido o se podían contar con los dedos de una sola mano. ¿Qué sucedió entretanto? ¿Qué milagro había obrado entre la leyenda negra y la realidad que observaba para que la infamia dejase de existir por convencimiento propio? Pues no había ocurrido otra cosa que un cambio en la gobernación de la ciudad (Miguel Ángel Cámara), y en la Región (Ramón Luis Valcárcel). Un cambio no sólo de personas, claro, sino de éstas y sus correspondientes políticas. El río Segura ha sido siempre una molestia para nuestra oposición y si hubiesen podido desviarlo para llenar su cauce de ladrillos, como hicieron sus homólogos valencianos, hoy el río sería un inmenso hormigonal dedicado a aliviar el tráfico de las calles peatonales. Pero dentro y fuera de la Región hay gente que ve las cosas de manera distinta, por eso vienen a Murcia los expertos hidrológicos de medio planeta a estudiar nuestras técnicas de depuración de aguas y el cómo lo hacemos para que no se desaproveche una sola gota de agua. Valcárcel ha sido invitado a tropecientos foros para explicarlo y estos días lo hace en Marsella junto al presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Miguel Ángel Ródenas. Quieren escucharle porque sabe del agua como nadie y ha sido capaz de crear «cinturones verdes» alrededor de las grandes ciudades para que no se pierda ni un solo litro. Porque Murcia cuenta con la mayor red de depuración y tratamiento de aguas recicladas de la UE, donde encabeza la reutilización de este bien público y, porque en nuestra tierra se combinan todos los sistemas al mismo tiempo, tanto la desalación como la depuración. Y porque todo ello otorga el derecho a trasvases de agua de donde sobra a donde falta y también el derecho a reclamar que Murcia sea la sede del II Foro Mediterráneo del Agua. Porque se nos entiende y porque lo hacemos bien.
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