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México celebra su independencia de España «sin resentimientos»

México conmemorará los próximos 15 y 16 de septiembre el Bicentenario de su Independencia de España sin resentimientos, convertido en un importante socio político y en el segundo destino económico del país ibérico en Latinoamérica, sólo superado por Brasil.

Con dos siglos de historia común, las relaciones España-México han estado marcadas por desencuentros que hoy parecen superados y que no han impedido que ambos países sean socios estratégicos.

La ministra de Cultura de España, Ángeles González-Sinde, representará al Gobierno de su país en los actos del Bicentenario, justo un siglo después de que un militar, el Marqués de Polavieja, Camilo García, asistiera a los festejos por el primer siglo de la Independencia para regocijo de las elites mexicanas y del dictador Porfirio Díaz.

Según relató a Efe el historiador del Colegio de México (Colmex) Lorenzo Meyer, al Bicentenario en el siglo XXI se llega con las cuentas saldadas, sin graves recriminaciones y con un capítulo extraordinario como fue la acogida que México dispensó a más de 22.000 refugiados tras la Guerra Civil (1936-1939).

"Es difícil pensar ahora en esa dureza que había en la visión de los mexicanos en relación a España todavía hace medio siglo. Es, creo, sí, una historia superada", señaló el también autor de libros como "El cactus y el olivo. Las relaciones México-España en el siglo XX"(Océano, 2001).

En esa obra Meyer recuerda que la Nueva España surgida con Hernán Cortés a partir de 1521 "no fue una colonia cualquiera"sino que "tuvo una alta densidad demográfica, una cultura original con variantes locales y fue completamente diferente a la europea".

El historiador señaló que en aquellos siglos de colonización "el poder metropolitano (...) consideró intrínsecamente inferior a la sociedad a la que derrotó, subordinó y explotó tras un singular combate entre civilizaciones". En 1810 comenzaría con el grito del cura criollo Miguel Hidalgo la Guerra de la Independencia que culminaría en 1821 y que abrió una fase de "conflictos y recriminaciones"entre España y México, un país ya soberano e independiente.

"A España le costó mucho aceptar que no tenía más alternativa que tratar en un plano de igualdad a su ex colonia", recordó Meyer, quien señaló que alcanzar una relación amistosa, de respeto mutuo, sólo se logró en dos momentos: bajo la dictadura de Porfirio Díaz (1876-1911), y a partir de 1977, con la llegada de la democracia a España.

Fue entonces, con el establecimiento de relaciones diplomáticas el 28 de marzo de 1977, tras la muerte del general Franco (1939-1975), cuando "las divisiones históricas dentro de la Colonia española dejaron de ser relevantes y, por primera vez (...) hubo un flujo importante de capital y tecnología originados en España para ser invertidos en sectores importantes de la economía mexicana".

Un plano en el que la relación es muy estrecha es precisamente el económico. Un informe de la Oficina Económica y Comercial de España en México (OECEM) señalaba este mes que México "ha sido tradicionalmente, junto con Brasil, el destino de inversión más atractivo en América Latina para las empresas españolas desde 2007.

Si se toma como referencia la inversión acumulada entre enero de 1999 y junio de 2010, España sería el segundo inversor en este país con 37.077 millones de dólares, el 15,8% del total, sólo por detrás de Estados Unidos, con 121.561,5 millones de dólares (51,9%). Pese a todo, el historiador Meyer cree que, aun habiendo superado las principales diferencias, la relación bilateral entre España y México podría enfrentar dificultades en el futuro en ciertos sectores, como el bancario.

"La manera como se usa el crédito, la imagen más difundida es de servicios caros, no muy buenos, y una salida de las ganancias para apoyar a la economía, en su caso española, pudiera volver a despertar un cierto resentimiento", agregó.

Para el historiador es claro que "la materia prima"de ese recelo de los mexicanos hacia España pervive: "Se trataría de no usarla otra vez", añadió. Mientras, continúan los esfuerzos para mantener la sintonía como el realizado en marzo pasado cuando se creó el Consejo España-México para impulsar las relaciones de la sociedad civil de ambos países en los ámbitos económico, social o cultural, y tratar de equiparar sus vínculos a los de otros socios muy cercanos como Reino Unido y Estados Unidos.