Berlín
Europa debe poner en hora el reloj en la estabilidad y el crecimiento
Reproducimos íntegramente el articulo que el presidente de FAES publicó ayer en el «Financial Times» en el que da sus recetas para salir de la crisis
La Unión Monetaria europea está en crisis una vez más. Esto son malas noticias ya que la moneda única constituye uno de los símbolos de éxito del proceso de integración europeo. El reto es asegurar que el euro siga siendo una moneda única que proyecte estabilidad a todos sus miembros. Pero para que esto ocurra, Europa debe comprender la causa subyacente de la crisis: el déficit presupuestario y las políticas que perjudican el crecimiento económico.Ésta no es la primera crisis grave de la eurozona. La primera tuvo lugar en 2002-2004, con distintos protagonistas. Por entonces, Francia y Alemania no registraban crecimiento económico, su desempleo crecía y sus finanzas públicas se deterioraron sustancialmente, hasta el punto de comenzar a incumplir las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el reglamento fiscal de la Unión Europea. París y Berlín decidieron entonces cambiar las reglas de juego y relajar los criterios de equilibrio presupuestario. Se reformó el Pacto de Estabilidad y Crecimiento para evitar la aplicación de los procedimientos de déficit excesivo. Aquella decisión fue un grave error que sembró el terreno de la irresponsabilidad presupuestaria. Grecia, pero no sólo Grecia, se amparó en la laxitud presupuestaria de las nuevas reglas del PEC. Y ahora la eurozona recoge esa siembra. La Unión Europea debe reconocer el error cometido y rectificar. El retorno a las reglas originarias del PEC, más exigentes en materia de sostenibilidad de las cuentas públicas, constituiría una señal en la buena dirección para los mercados y reforzaría al euro. Adicionalmente, la Unión Europea debería fomentar la aprobación de pactos nacionales de estabilidad en las cuentas públicas en todos los Estados miembros. La Unión Europea necesita, además, reactivar su crecimiento y la creación de empleo, algo que sólo provendrá de una nueva Agenda de Lisboa de reformas económicas estructurales. Esa nueva Agenda, para tener éxito, deberá tener gran alcance y ser objeto de estricto cumplimiento. El euro también se verá reforzado si se emiten señales adecuadas de que el paquete de ayuda financiera a Grecia no es un proceso de «bail-out», algo contrario al concepto y espíritu de la integración económica y monetaria europea, sino que se trata de un préstamo reembolsable. De otra forma, el riesgo moral minará la credibilidad del euro y reducirá el incentivo para que los gobiernos mantengan sus departamentos fiscales en orden.El gobierno griego debe acometer los ajustes necesarios para poner en orden sus cuentas públicas, cumplir todos sus compromisos financieros y devolver el dinero prestado al resto de los socios europeos en las condiciones acordadas la semana pasada entre los ministros de Economía entre la UE, los bancos centrales y el Fondo Monetario Internacional. Pero se necesitará una austeridad similar en todos los demás países de la eurozona y, en particular, para los más cuestionados por los inversores internacionales.España es uno de esos países. El profundo deterioro de sus finanzas públicas (del superávit público a un déficit público del 12% del PIB en sólo dos años) es más que preocupante. La tasa de paro española vuelve a estar por encima del 20%, casi el doble de la media europea. Pero España no es Grecia. España cuenta con una sociedad dinámica y con empresas capaces de generar millones de puestos de trabajo. No obstante, España necesita retornar al cumplimiento de las reglas del PEC. España necesita urgentemente un profundo ajuste del gasto público para recuperar la disciplina presupuestaria y un amplio paquete de reformas estructurales capaz de devolver a la economía española la flexibilidad y la competitividad perdidas. España necesita urgentemente: 1) una reforma laboral de gran alcance, que modifique la negociación colectiva, liberalice la intermediación laboral, rebaje los impuestos sobre el uso del empleo e incentive a los desempleados a trabajar; 2) un cambio profundo en la política energética que evite el cierre del parque nuclear, liberalice los mercados y recorte las subvenciones a las energías renovables no eficientes; 3) una reorganización del sistema bancario que incluya la entrada de capital privado en las cajas de ahorro; 4) una reforma a fondo que reduzca el tamaño de las administraciones regionales y articule un Estado viable y eficaz; 5) una reforma del sistema público de pensiones que garantice su sostenibilidad financiera a medio y largo plazo; 6) un amplio paquete de liberalizaciones que incrementen la competencia en los mercados, que incluya una reforma del Estado del bienestar y un nuevo programa de privatizaciones de empresas públicas; 7) una reforma fiscal que favorezca la recuperación de la competitividad. La subida de los impuestos acordada por el gobierno es una medida equivocada, que agudizará la crisis.En los últimos 160 años, ningún gobierno de izquierdas ha sido capaz de sacar a España de una crisis económica. No parece que en esta ocasión se vaya a romper esta regla histórica. Resulta evidente la incapacidad del actual Gobierno socialista para resolver los problemas creados y adoptar las medidas que España necesita. Deberá ser un futuro nuevo gobierno quien las adopte. Y cuanto antes, mejor.El autor fue el presidente de España.
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