Italia
El toscano que todos somos
De vez en cuando, el universo editorial nos regala pequeñas perlas a las que damos prioridad en la mesilla de noche. Recuerdo cuando seguimos las andanzas de un desconocido escritor, Chris Stewart, al plantearse una nueva vida, en un destartalado cortijo de las Alpujarras. Ferenc Maté ya reseteó su propia existencia viajera para hacer lo propio en la Toscana, en Italia. Ya nos explicó su llegada, su caída del caballo urbanita y sus inicios en el mundo del vino, en una anterior entrega.
«Un tipo viajado»
Pero se le hacía necesario añadirle más verbo y más páginas para completar cuál es el mapa existencial toscano y poder radiografiar a sus gentes y también sus costumbres. Pero, el enunciado del planteamiento, puede no hacer justicia al autor, que no es, ni mucho menos un teórico diletante que se haya documentado sobre paisajes y paisanajes para lanzar perlas de sabiduría junto a una chimenea en el intento de generar una corriente de autoayuda. Ni muchos menos. Es lo que denominaríamos «un tipo viajado», que ha vivido por lo menos en seis países y ha acometido los más diversos empleos que se puedan imaginar (como el deconstruir cabañas flotantes) antes de establecerse en La Toscana, restaurar un convento del siglo XIII –que convirtió en su hogar– y levantar una bodega de prestigio internacional. Por ende, no es un «parvenue» epatado por ese rincón del planeta. Tras disfrutarlo en carne propia, elabora con una prosa luminosa, lo que podríamos llamar un mapa sobre la «filosofía slowly»: la pausada vida natural, la agricultura ecológica, la comida preparada a fuego lento, los fuertes lazos trazados en una comunidad, y cómo todo ello, puede resultar el mejor ansiolítico para los males de la sociedad moderna.
Maté es un perfecto cicerone literario que nos guía página a página para aprender a recuperar la alegría de vivir, a redescubrir el encanto de las pequeñas cosas, el reencuentro con la naturaleza y el sano roce de piel entre los convecinos. Todo un canto a la «simplificación vital» y de la «lentitud anímica». Es además, un libro con las dosis justas de casi todo: compuesto con prosa clara e hilvanado con numerosas anécdotas. Elaborado, como las mejores recetas, para despertar los sentidos. También tiene su pizca de amor y de humor. Y especialmente lo que posee en generosa cuota, es ritmo: a fuerza de expresiones locales, cotidianidad, intercalación de asuntos de apariencia intrascendentes y salpicado de expresiones y situaciones locales en peligro de extinción. Es, pues, una novela mayúscula, de un lugar minúsculo. Como él mismo dice, fue escrito para despertar al toscano que todos llevamos dentro. A fin de cuentas: nunca es tarde si la prosa que nos invita es buena.
Sobre el autor
En la Transilvania húngara y, tras vivir en distintos lugares, se instaló en la Toscana, donde dirige su prestigiosa bodega.
Ideal para...
Leer a la sombra de un olivo, y reencontrar la sonrisa perdida durante el invierno.
Un defecto
Sólo de forma imperceptible, tiene algunos pequeños ramalazos de moralina.
Una virtud
Hacernos replantear la vida en las grandes urbes. El recetario final es impagable.
Puntuación
7
«LA SABIDURÍA DE LA TOSCANA»
Ferenc Maté
SeIX barral
256 páginas. 17 euros.
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