Fusiles pintados

Hay una imagen que aún no he logrado quitarme de la mente. Es la de Cristo y la Virgen con fusiles en la mano. Ocurrió en Venezuela. Algunos chavistas trasladaron sus típicas imágenes de asesinos con armas y caras de odio a imágenes sagradas, a las que han representado provistas de metralletas en un barrio simpatizante del presidente de Venezuela. ¿También quieren asociar una imagen violenta a la religión? La iglesia católica venezolana lo denunció pero las quejas no han sido tan sonoras como cuando unos periodistas gráficos caricaturizaron a Mahoma. Que la consecución de fines políticos manche de violencia símbolos religiosos, es rechazable y denunciable. Dibujar a Jesucristo y a la patrona de Venezuela con armas, unido a una delicada situación política, promociona la violencia y el mercado ilegal de armamento. Tampoco olvidamos la caricatura de Mahoma que escondía una bomba bajo el turbante. Pero ahí la respuesta fue inmediata y contundente. Hasta la Iglesia Católica lo consideró una provocación. Según el periódico que las difundió, sus creadores fueron amenazados de muerte y manifestantes hambrientos de represalias incendiaron las embajadas de Dinamarca y Noruega en Siria. Estas protestas costaron incluso vidas humanas. Finalmente se consideró un ataque a los integristas, no al Islam. Sea como fuere, el respeto hacia la raza, el sexo, la religión, es vital para una convivencia pacífica.