Vaya marrón

La verdad es que al conseller de Economía, Enrique Verdeguer, le ha tocado comerse un «marrón» muy difícil de tragar. Me refiero al asunto de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, un escenario en el que no sólo se han protagonizado escándalos de primer orden, como la concesión de créditos beneficiosos para los miembros del Consejo de Administración e indemnizaciones millonarias a sus directivos, sino que ha conmocionado a buena parte de la sociedad valenciana y española. Todo un ejemplo.

Dicho esto, hay una doble vertiente en la intervención de Verdeguer ayer en Les Corts. Una, con la que coincido, es la responsabilidad del Banco de España en la tragedia financiera de la CAM, ya que es el órgano regulador y de control, precisamente para evitar ese desorden y abusos. Evidentemente, da la impresión de que, al igual que la entidad financiera alicantina, no hizo bien sus deberes.

La segunda, complicada para entender, se refiere a la propuesta de aumentar la presencia de los políticos en las Cajas de Ahorro. Primero, porque en la Comunitat Valenciana queda sólo una y por poco tiempo. Y segundo, porque todos los expertos coinciden en culpar a la intervención de los políticos de buena parte de la mala situación a la que han llegado las Cajas. Me lo explicarán. Así es la vida.