Reforma fiscal

«Ñapas» en agosto

La Razón
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Madrid en agosto es de los nocherniegos, los turistas y los «ñapas». Sobre todo, de los «ñapas», que con sus piquetas, berbiquíes y lijadoras pueblan la soledad de las calles como pájaros carpinteros. De siempre éste ha sido el mes propicio para las reformas caseras, aprovechando que los inquilinos están de veraneo, pero este año los virtuosos de la plomada reinan con más señorío, si cabe, gracias al Gobierno y sus medidas fiscales. El gremio pasó por un trance amargo e incierto el día en que el líder socialista prometió instaurar un nuevo modelo económico, tras abominar del ladrillo aznarí, al grito de «Menos cemento y más conocimiento». Aquello sonó como un latigazo en una urbanización sin vender y los apóstoles del partido predicaron por plazas y caminos la certeza casi religiosa de que los ñapas se transmutarían en ingenieros de la NASA o en físicos nucleares, y que se abriría una nueva era pródiga en I+D+i, investigadores, científicos y técnicos de «alto standing». Adiós al plomo, bienvenido el silicio; arriba el chip, abajo la lija. Aquello, sin embargo, no fue más que una sombra pasajera sobre la vasta legión de los manitas, que lo mismo te pintan la Capilla Sixtina en la salita de estar que te montan la cocina de Ferran Adrià con un destornillador y dos tirafondos. En realidad, no hay constancia de que ninguno de ellos traicionara a la profesión cambiando la paleta por el microscopio. Y en cuanto al Gobierno, parece que ha dejado para otra vida el cambio de modelo económico dado que el actual tampoco lo entiende. De hecho, le recortó al Ministerio de Ciencia y Tecnología un 17% del presupuesto en beneficio de algo más tangible, como los posavasos de Bibiana Aído para los bares cariñosos o los mapas manuales de la geografía venusiana. Y por supuesto, ha terminado rescatando de la escombrera ideológica el denostado ladrillo aznarí, de modo que gracias a las ventajas fiscales para las chapuzas caseras, unidas a la rebaja del IVA al 8% a fontaneros, electricistas, lampistas, ventaneros, carpinteros y reformas en general, ha propiciado el regreso triunfal de Pepe Gotera y Otilio. ¡Salve, espíritus fraternos, luminosas almas! Gremio imprescindible e incomprendido, tan solicitado como denostado, tan socorrido como oneroso, pero soberano al fin, que en este agosto de soledades urbanas se ha adueñado de Madrid con garbo, señorío y alguna que otra blasfemia. El PIB vuelve a estar en sus manos.