Moscú

Detienen a líderes nacionalistas y cierran Plaza Roja en previsión disturbios

Los líderes de las principales organizaciones ultranacionalistas rusas fueron detenidos hoy cerca del Kremlin en previsión de violentos disturbios similares a los ocurridos hace un mes en el centro de Moscú.

Los efectivos antidisturbios, que habían acordonado horas antes la plaza del Manezh en torno a la boca de metro "Ojotni Riad", apresaron a un número indeterminado de radicales, aseguró Víctor Biriukov, portavoz de la policía de la capital rusa.

Anteriormente, fuentes policiales habían informado a la agencia Interfax sobre la detención de más de cien personas en la plaza, una de las más concurridas de la ciudad, mientras otras cifraron los detenidos en medio centenar, según la oficial RIA-Nóvosti.

Entre los detenidos se encuentra Vladímir Tor, uno de los líderes del polémico Movimiento contra la Inmigración Ilegal; Alexéi Mijáilov, dirigente de "Acción Rusa"y Dmitri Demushkin, líder de "Fuerza Eslava", informa Interfax.

Los detenidos, que en algunos casos no llegaron a pisar la plaza, fueron llevados a autobuses policiales aparcados en las inmediaciones del Kremlin y trasladados a comisaría para su identificación.

La mayoría de ellos son jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y 20 años ataviados con atuendos de aficionados al fútbol que acudieron a la plaza en respuesta al llamamiento del "Movimiento del 11 de Diciembre", de reciente creación.

Esa organización convocó a sus partidarios para conmemorar que se ha cumplido un mes desde el estallido de los violentos disturbios cerca de las murallas del Kremlin en los que los radicales golpearon violentamente a varias decenas de caucasianos e inmigrantes centroasiáticos.

Las autoridades movilizaron hoy a unos 1.500 agentes con porras, escudos y chalecos antibalas, además de apostar cerca de la plaza a policía montada y a más de un millar de efectivos de las tropas del Interior para evitar la aglomeración de radicales en la plaza.

Por esta misma razón, las autoridades cerraron la Plaza Roja y suspendieron las actividades en la pista de patinaje desplegada desde las fiestas navideñas en su empedrado.

La actual tensión étnica entre la mayoría eslava y la minoría caucasiana fue provocada por el asesinato el 6 de diciembre de 2010 a manos de un caucasiano de un aficionado del Spartak Moscú, el equipo más laureado de Rusia, durante una trifulca callejera.

El primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, se reunió a finales del pasado año con representantes de grupos de aficionados al fútbol para conminarles a que no se dejen manipular por las organizaciones extremistas.

Las autoridades incoaron decenas de procesos penales contra los participantes en los disturbios del 11 de diciembre después de que el presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenara encarcelar a los instigadores del odio étnico y criticara la inacción policial.

"La instigación del odio étnico en nuestro país es un crimen muy grave. En otros países, esto puede pasarse por alto. Aquí, no", dijo Medvédev, quien advirtió que el racismo, la xenofobia y el odio religioso "amenazan la estabilidad del Estado".

El Ministerio del Interior de Rusia ha redoblado desde entonces las medidas de seguridad en la capital rusa, en particular en plazas, el metro y otros lugares públicos. Las autoridades cifran en más de 50 los grupos extremistas y xenófobos activos en este país, donde varias decenas de extranjeros son asesinados anualmente a manos de cabezas rapadas.