Argentina

EL ANÁLISIS: Nos indignamos con los «indignados»

El movimiento 15-M cumplió ayer tres meses desde que irrumpió el pasado mayo convocado por la plataforma ciudadana «Democracia Real Ya» (DRY). Un trimestre en el que las manifestaciones «pacíficas», como ellos dicen, y no tan pacíficas como las de Barcelona se alternaban con acampadas y proclamas de tono surrealista. Su punto de mira lo tienen puesto en las próximas elecciones generales del 20 de Noviembre. Aparentemente, no se decantan por ningun color político, aunque sus escasas propuestas les acercan más a la izquierda más radical

La Razón
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- ¿Cuál es su valoración general sobre el movimiento 15-M?
–Dede el princiupio estuvo claro. Es una forma más de revuelta gregaria antidemocrática, que puede ser aprovechada por los partidos de la izquierda. El equivalente en el pasado podría ser el movimiento de los "descamisados"de Perón. Su éxito se basa en que las autoridades no cumplen las leyes para dejar que la revuelta se apodere del espacio público. La demostración de esa hipótesis es que los revoltosos protestan contra todo menos contra el Gobierno. Por eso no se pueden comparar con movimientos similares en Egipto, Israel, Chiles y otros países, donde los jóvenes revoltosos sí protestan contra el Gobierno.

- ¿Cuál es el motivo de que a gran parte de la sociedad española le haya defraudado el movimiento?

–-La sociedad no saca nada en limpio con este tipo de revueltas. Resulta insoportable que se apoye al Gobierno izquierdista de esta forma. Ni siquiera creo que muchos socialistas van a estar de acuerdo con esta "acción directa"antidemnocrática. Es la típica "acción directa"de las camisas negras de Mussolini, por citar otro antecedente. No es que la sociedad se haya sentido defraudada, sino que muchos medios han concedido una simpatía desproporcionada e irresponsable a los perroflautas. Que conste que esa palabra es de ellos mismos. En definitiva, una gran parte de la sociedad se encuentra indignada contra los sedicentes indignados.

- ¿Cuáles pueden ser las consecuencias para España de que sigan acampando y manifestándose?

–- Las causas pueden ser más discutibles, pero las consecuencias son evidentes para todo el mundo. Una vez que el Gobierno ha sido condescendiente con los que asaltan la ley, va a ser difícil contener otros estallidos de violencia. Al Gobierno no le importa, porque este tipo de movimiento podrá ser utilizado contra el PP una vez que´este gane las elecciones. Se ha instalado entre nosotros la permisividad contra la ocupación del espacio público. Es una forma indirecta de violencia que puede dar lugar a otras más explícitas. La esencia de la protesta es exigir al Estado más privilegios para los jóvenes que no se esfuerzan. Por ejemplo, late en ese movimiento la acttiud de que el Estado provea de empleo, estudios gratis, vivienda, etc. para los jóvenes. Eso significaría un coste intolerable para la sociedad y sobre todo el triunfo de la ética hedonista. De triunfar esa mentalidad, España volvería a ser un país atrasado. El caso de la Argentina es bien patente, o el de Cuba o el de Venezuela. Por cierto, hace 50 años esos tres países estaban más desarrollados que España; hoy son más pobres. De triunfar el movimiento de acampados irresponsables, el futuro para España resulta muy negro. Seguramente volveríamos a fórmulas autoritarias, que están latentes en muchas personas de la izquierda y de la derecha. De momento, el movimiento se impulsará por el Gobierno en la última semana de la campaña electoral.