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En el término medio por Iñaki Ezkerra

La Razón
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Insistían mucho los autores griegos y latinos en que «la virtud está en el término medio». Precisamente en la búsqueda de ese término para las medidas económicas se centró ayer la comparecencia de Van Rompuy y Rajoy en La Moncloa, que en ese sentido fue literal y premeditadamente «clásica». El mensaje era nítido y sin discrepancias. Para salir de ésta, no basta con pagar lo que debemos (bajar el déficit) ni con dejar de gastar lo que no tenemos (recortar el gasto público) sino que hay que crecer y crear empleo. No bastan los ajustes sino que tienen que venir las reformas. Para un drama de cinco millones de parados –cabe añadir y es lo que se deduce de esa rueda de prensa– no basta con abaratar el despido, que es lo que hizo Zapatero, sino hay que incentivar a las empresas a la contratación. Ninguna de las reformas socialistas ha detenido la sangría del desempleo. Si, al margen de su contenido efectivo y real, la cita de ayer del mandatario español y del europeo en La Moncloa tenía como objetivo la escenificación de una buena sintonía de nuestro Gobierno con Bruselas, el objetivo está cumplido. Más que de sintonía, hay que hablar de simbiosis entre «Mariano Rompuy» y «Van Rajoy», aunque el verdadero dúo dinámico son Merkel y Sarkozy. El encuentro señaló las bestias negras con las que nos enfrentamos y que son las que han aflorado en el debate público tras la subida del IRPF: la «recesión» y la «asfixia económica». Contra ellas y para exorcizarnos de sus peligros, una nueva palabra ha sido lanzada y tiene pinta de que va a dar bastante juego en los próximos meses. Apréndasela el lector. Es la palabra «antirrecesión». Estamos todos en la «estrategia de la antirrecesión», según Rompuy. La antirrecesión, en el caso español, son las reformas que Rajoy ha dicho que anunciará para finales de enero o para inicios de febrero y que convendría que llegaran en los últimos días de este mes para que el presidente pudiera ir a la Cumbre Europea con los deberes ya hechos.