Pekín
124 millones de mujeres invisibles
El Consejo de Europa insta a los 47 países miembros a que realicen reformas legislativas que contribuyan a eliminar las desigualdades en el ámbito rural
ESTRASBURGO (FRANCIA)- En los últimos años han sido ímprobos los esfuerzos realizados por la mayoría de los países europeos para mejorar los derechos de las mujeres, superar las desigualdades, fomentar su presencia en los órganos de Gobierno... Pero a día de hoy, existe un colectivo en Europa de 124 millones que todavía son invisibles para los gobernantes: las mujeres rurales.
Carmen Quintanilla, diputada del PP por Ciudad Real y presidenta de la Confederación Nacional de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer), ha logrado esta semana el compromiso de los 47 países que forman el Consejo de Europa a través de una resolución aprobada por unanimidad para la puesta en marcha de reformas legislativas que incluyan el estatuto de cónyuges colaboradoras, que garantice la cobertura social, la pensión, la baja por maternidad y la atención médica.
Asimismo, reclama la creación de programas y centros de reinserción de víctimas de la trata de seres humanos en zonas rurales, así como dispositivos de protección y de alojamiento para las mismas.
Explotadas y engañadas
En la presentación del informe «Las mujeres en el Medio Rural europeo», el primer de estas características que se realizan, Quintanilla hizo especial hincapié en la invisibilidad de este grupo de mujeres, que sufren una doble discriminación –ser mujer y vivir en el ámbito rural– y que son fundamentales para el sostenimiento del medio rural. «Hacen una jornada laboral triple o cuádruple, educan a sus hijos, asisten a los mayores, ordeñan las vacas y no tienen opción ni siquiera a poder tener una baja por maternidad. No tienen derecho a nada», dijo.
En este sentido, explicó que se están vulnerando sus derechos mediante la discriminación salarial, en el empleo, en la toma de decisiones y en el acceso a los servicios sociales, educativos y sanitarios. «El esfuerzo de todos los países en el impulso del mundo rural es fundamental para el desarrollo de los pueblos», afirmó.
Quintanilla alertó también de que esta situación, unida a la crisis económica, ha provocado un éxodo de mujeres a nivel mundial, que huyen engañadas y acaban explotadas sexualmente en Europa.
La diputada popular lamentó la falta de compromiso de algunas naciones y recordó que sólo un tercio de los países que participaron en la IV Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Pekín en 1995, han puesto en marcha medidas para fomentar la igualdad de las mujeres en el medio rural. «Si dentro de dos años nos reunimos y se han cumplido 10 de las 40 recomendaciones, me daré por satisfecha», añadió.
Por ello, Quintanilla insistió en que «tenemos que trabajar para que tengan sus propios derechos, para que existan estadísticas reales y para que se creen observatorios nacionales. Son estas pequeñas cosas las que hacen visibles a estas mujeres».
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