Estados Unidos

Volatilidad volatilidad por César Lumbreras

La Razón
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El Banco Mundial anunció la semana pasada que está preparado para responder a la volatilidad de los precios de los alimentos a nivel mundial, provocada en gran parte por la importante sequía que afecta a Estados Unidos y que tendrá repercusiones negativas en las cosechas de maíz y soja, principalmente. Habría que decir a los responsables de este organismo que, puesto que tienen un plan, que lo apliquen ya. Sin embargo, cuando uno lee su «papel» no acaba de encontrar medidas efectivas para evitar la volatilidad, que se ha convertido en algo más que una palabra maldita. De acuerdo con sus cifras, los precios de todos los granos han aumentado de forma importante este año, con excepción de los correspondientes al arroz. Así, las cotizaciones internacionales del trigo han subido más del 50 por ciento desde mediados de junio, mientras que las del maíz lo hicieron en un 45 y las de la soja en un 30 por ciento.
Durante la semana pasada, la tendencia alcista de las anteriores se detuvo. De viernes a viernes el trigo registró un descenso del 0,8 por ciento en Chicago, mientras que el maíz se anotó una subida del 1,5 por ciento para el vencimiento más próximo; en esta misma plaza, la soja tuvo un recorte del 1,7 por ciento.
En París y Londres los precios de los dos cereales registraron subidas generalizadas, aunque menos acusadas que en semanas anteriores. En el mercado interior español predominaron las subidas, aunque también hubo algunas repeticiones. En cualquier caso, las cotizaciones son mucho más elevadas que las registradas el año anterior por estas mismas fechas.
¿Qué pasará en las próximas semanas? Si la volatilidad se instala en los mercados, al final saldremos perjudicados todos, incluidos los consumidores. Si alguien tiene la solución debería ponerla encima de la mesa. Aunque lo dudo. En este caso los mercados también son los reyes.