Ferias taurinas
Las Ventas homenajea a Camino
madrid- El toreo en escasas ocasiones es aritmética. Sin embargo, cortar 48 orejas en 52 paseíllos en Las Ventas para un total de 12 puertas grandes y sumar ocho apéndices en una sola tarde, como hizo Paco Camino, obligan al arte a coquetear con la estadística. Otro número más, cuarenta, los años desde aquella Beneficencia del 4 de junio de 1970 con el sevillano poniendo Madrid y la cima del toreo a sus pies. Compañeros de cartel, ganaderos, apoderados, empresarios y, por supuesto, esa afición venteña sin la que «hubiera sido un pobre hombre». «Con 29 años, me sentía preparado para encerrarme con seis toros, pero sin ustedes, no lo habría logrado, les llevo en el corazón», comentó emocionado. A escasos metros, la mirada perdida de unos curiosos testigos, los siete astados de aquella tarde. Algunos con las secuelas aún bien presentes de la confrontación: ni rastro de sus orejas. Sus cabezas, así como el vestido y el capote de paseo fueron ayer donados a Las Ventas. «¿Qué mejor sitio para estar que en ese Madrid que tanto me ha dado?», resaltó. Esperanza Aguirre no escatimó elogios hacia Camino, al que definió como «uno de los más grandes entre los grandes de la Historia del toreo».
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